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sábado, 30 de junio de 2012

Libro: La Química Inorgánica en Reacciones, Gabino A. Carriedo



En mis clases introductorias de química siempre digo a los estudiantes que los químicos nos enfocamos en las reacciones, conocerlas, explicarlas, saber por qué ocurren, las condiciones en que ocurren, entre otros aspectos relevantes.

Los libros clásicos de química inorgánica son, por lo general, descriptivos. Por eso cuando el catedrático de química inorgánica de la Universidad de Oviedo, a quien conocí cuando yo realicé mis estudios de doctorado en España,  Dr. Gabino Alejando Carriedo Ule  me envió su último libro La Química “Inorgánica en Reacciones”  me sorprendí gratamente, ya que aborda el estudio de la química inorgánica desde una perspectiva interesante, que seguro será de gran ayuda a los profesores y alumnos de química.    

El libro que puede ser adquirido en versión e-book por medio de la editorial Síntesis está dividido en dos partes: la primera de los elementos representativos y la segunda de los elementos de transición, tal como se indica a continuación:   

PARTE I:
ELEMENTOS REPRESENTATIVOS
1. LOS ELEMENTOS REPRESENTATIVOS (E). CARACTERES GENERALES Y TIPOS DE COMPUESTOS
2. E(H). COMPUESTOS CON HIDRÓGENO
3. E(X). HALOGENUROS
4. E(O). ÓXIDOS
5. E(OH), E(O)(OH). HIDROXICOMPUESTOS
6. M[E-O]. OXOSALES
7. E(E´). COMBINACIONES BINARIAS
8. REACCIONES DE OBTENCIÓN DE LOS ELEMENTOS. (E)

PARTE II:
ELEMENTOS DE TRANSICIÓN
9. LOS ELEMENTOS DE TRANSICIÓN Y SUS COMPUESTOS
10. HALOGENUROS DE LOS ELEMENTOS DE TRANSICIÓN. M(X)
11. M(O). ÓXIDOS DE LOS ELEMENTOS DE TRANSICIÓN
12. M(E). COMBINACIONES BINARIAS NO OXIGENADAS DE LOS ELEMENTOS DE TRANSICIÓN
13. M(EO), M´(MO). OXOSALES Y METALAOXOSALES DE LOS ELEMENTOS DE TRANSICIÓN
14. REACCIONES DE OBTENCIÓN DE LOS ELEMENTOS DE TRANSICIÓN. (M)
15. (MLn). LOS COMPUESTOS DE COORDINACIÓN
16. LANTÁNIDOS Y ACTÍNIDOS

APÉNDICE 1. Tablas de datos de los elementos
APÉNDICE 2. Estructuras sólidas representativas

En la introducción Carriedo señala un aspecto que muchos estudiantes deberían tener siempre presente: “Saber química supone: necesitar información relevante, saber cómo encontrarla con rapidez y eficacia (la estrategia de preguntar al ordenar es crucial), comprender la información encontrada, seleccionar críticamente la información útil, aprender a generalizar sin olvidar los detalles y tratar de abrir nuevos caminos que no acaben conduciendo a malos destinos.

Deseo felicitar al Dr. Carriedo por este libro y por otro que trata de la química organometálica por ayudar a los profesores y  alumnos proporcionándonos materiales educativos de calidad.   


sábado, 23 de junio de 2012

“Orientaciones Industriales. Necesidad de crear un Instituto de Investigación en el Perú” del Dr. Carlos J. Rospigliosi Vigil. Parte I.



Continuamente uno tiene ideas y pensamientos importantes e innovadores, pero al consultar libros y revistas se da cuenta que ya otras personas se adelantaron. En la actualidad los peruanos nos quejamos del sistema educativo, tanto de los colegios como de las universidades. Si usted lee a Basadre o José Carlos Mariátegui notará que ellos describen una crisis universitaria durante sus estudios universitarios y pasa lo mismo con otros historiadores y pensadores.  Da la impresión que la universidad peruana siempre ha estado en crisis. Por eso que al encontrar en una feria del libro usado en la UNMSM el libro “Orientaciones Industriales Necesidad de crear un Instituto de Investigación en el Perú”   del Dr. Carlos J. Rospigliosi Vigil ¡del año 1917! me sorprendí e inmediatamente lo compré.

Carlos  Julio  Rospigliosi Vigil (5 octubre 1879 - 16 noviembre 1938) estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde obtuvo el grado de bachiller en medicina en 1902 y dos años después prestó juramento para ejercer de médico cirujano. En 1904 se graduó como bachiller en Ciencias Naturales. El Castillo Rospigliosi es una de sus obras más conocidas, el libro "La crisis universitaria en el Perú" escrito en 1935 es famoso,  pero también es recordado porqué fue él quien ideo, propuso y fue el primer director del Museo de Historia Natural. En el link  http://museodehistorianatural-unmsm.blogspot.com/p/el-museo-de-historia-natural.html se puede lee:

El Museo de Historia Natural fue fundado el 28 de febrero de 1918 en sesión extraordinaria de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la cual estuvo presidida por el Dr. Enrique Guzmán y Valle, y que contó con la presencia del rector de la universidad, el Dr.Javier Prado, y del promotor principal, el Dr. Carlos Rospigliosi Vigil. En la sesión se reconoció la destacada labor emprendida un año antes por el Dr. Carlos Rospigliosi para gestionar y promover la creación de un museo de historia natural de Lima, por lo que se le nombró "Director y Fundador del Museo de Historia Natural".

Rospigliosi fue docente en la UNMSM y llego a ser rector provisional (1932-1935) nombrado por entonces Presidente de la República Sánchez Cerro. En el 1917 realizó un discurso memorable, fue el discurso académico “Orientaciones Industriales. Necesidad de crear un Instituto de Investigación en el Perú” pronunciado en la sesión de apertura del año universitario. Es de resaltar que en esos años la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos tenía un gran vínculo con los poderes del estado peruano, por ello es que a ese evento acudían las más altas autoridades, desde Ministros hasta el Presidente de la República.  Dicho discurso fue muy comentado por los diarios de esa época como El Comercio, La Prensa, El Perú, El Tiempo, La Crónica y hasta mereció un editorial en el diario chileno La Opinión.

Hay algunas frases que me gustaría señalar y comentar de ese discurso, que lamentablemente, tiene actualidad, en otras palabras, no hemos avanzado mucho desde 1917.  Rospigliosi señala: “Satisfechos de vivir en un pasajero bienestar, hemos cambiado únicamente de proveedor, y seguimos recibiendo los artículos manufacturados y las materias primas para nuestras pocas industrias, pagándolas a los subidos precios que nos imponen, convirtiéndonos así en humildes tributarios”.   Más adelante dice: “No ha habido, pues, orientación definida en lo que se refiere a la  resolución de los problemas nacionales, todas las iniciativas saludables no significan más que esfuerzos aislados, dispersos, que se han anulado y que han resultado ineficaces por su múltiples direcciones. Es palpable la necesidad imperiosa de unificar las energías nacionales, concentrando todos aquellos esfuerzos diseminados, cultivándolos, estimulándolos e imprimiéndoles rumbos en un sentido   determinado; porque de otro modo no se puede hacer labor útil y provechosa”.  

Lo que señala Rospigliosi es que nunca ha habido una política del estado peruano para primero entender nuestros problemas, si menos hecho esfuerzos por resolver esos problemas. Tampoco se ha hecho gran esfuerzo  por conocer nuestros recursos naturales y no se ha hecho nada por aprovecharlos de la mejor manera para nuestro beneficio.

Rospigliosi da un consejo: “Entre tanto podemos decir que es necesario para contrarrestar futuros peligrosos, que el Perú se prepare científicamente para explotar sus inagotables riquezas, donde encontrará la base segura de su futuro engrandecimiento y de su independencia comercial. Un país no se hace industrial sin una preparación. Para que esto se realice, es necesario que los poderes públicos, La Universidad, y los particulares se solidaricen en la acción, cooperando todos a realizar este fin de trascendental importancia para el provenir de nuestra patria.

Yo me pregunto ¿qué tanto hemos hecho los peruanos para explotar nuestras riquezas científicamente? ¿Cómo ha sido la educación de los peruanos, en especial la universitaria, para tener un país industrialmente grande? Lamentablemente no hemos tenido gobernantes comprometidos con la industrialización de nuestro país. Más adelante Rospigliosi se pregunta ¿Pero qué esfuerzos se han hecho para conocer las riquezas naturales que poseemos en nuestro territorio?

A continuación cita las exploraciones científicas realizadas por extranjeros y luego las pocas nacionales. Dentro de los expediciones científicas españoles cita a los estudios botánicos de Pedro de Osma Xara y Cejo que empezó en 1568 y terminó 20 años después, a José de Acosta (1572-1586), Bernabé Cobo (1596 a 1653), Antonio de Ulloa (1772), Hipólito Ruiz, José Pavón y José Dombey quienes por 1777 formaron parte de una expedición botánica, Luis Nee (1790) francés nacionalizado español quien formó parte de la comisión Malaspina, Antonio Ramírez de Pineda también formó parte de la expedición Malaspina,  Francisco Antonio Cosme Bueno y Alegre quien llegó al Perú en 1730 y publicó su obra  Descripción del Perú  que empezó a preparar en 1741 por encargo del virrey Marqués de Villagarcía, Asimismo, Cosme es conocido que fue nombrado cosmógrafo mayor del Perú y director (desde 1757 hasta 1798) de la famosa publicación anual “El conocimiento de los Tiempos”,  Marcos Jiménez de la Espada quien participó en la Comisión Científica del Pacífico realizada entre 1862 y 1865 por España después de perder sus colonias.

Las expediciones científicas alemanas que cita Rospigliosi son: Alexander von Humboldt (1802),  F. J. Meyen quien entre 1830 a 1832 realizó una expedición a Sudamérica,Eduardo Poepig (1827-1893), Ernst W. Middenforf  (1885- 1888), Riese, Stubel y Max Uhle éste último arribó a Lima primero en 1895 y regresó en 1940, Gustavo Steinmann de la Universidad de Bonn (1908), Guillermo Sievers, Weberbauer y finaliza con Ernesto von Bibra.  

Pero las expediciones científicas también fueron de austriacos como Juan Diego Tschudi, Tadeo Haenck. Ingleses: Anatonio Zacarias Helms, Clemente Roberto Markham, Carlos Roberto Darwin, y Enrique Walterio Bates. Americanos: J. Dana, Adolfo  Bandelier, Guillermo Bollaert, Jorge Squier, James Orton, Carlos Wilkes y  Hiram Bingham. Franceses:  José Dombey, Amadeo Francisco Frezier, Luis Feuillée, Carlos María de la Condamine, José de Jussieu, Alcides D’Orbigny, Conde Francisco de Castelnau, Carlos Wiener, L. Angrand y  Crequi de Montford y Senechal. Italianos: Cayetano Osculatti, el famoso Antonio Raimondi y Nicolás Esposco.   

Rospigliosi cita también a los peruanos que han hecho trabajos meritorios para conocer nuestros recursos y cita a: Blas Valera, Garcilazo de la Vega, Hipólito Unanue, Llano Zapata, Mariano E. Rivero, Nicolás de Piérola, José Sebastián Barranca y Julio C. Tello.

Párrafos más adelante Rospigliosi cita algo obvio: “De lo expuesto podemos deducir que en el Perú hasta la fecha no se han hecho verdaderas exploraciones científicas con comisiones debidamente organizadas que estudiaran simultáneamente una región; por lo que no hemos podido conocer en toda su amplitud la verdadera riqueza de los tres reinos en nuestro suelo. Si hubiéramos tenido una orientación definida y única, habríamos logrado esa finalidad, y hoy día palparíamos la enorme ventaja que nos reportaría el conocimiento completo de nuestro territorio, practicado sistemáticamente, y así podríamos apreciar la real y efectiva riqueza del Perú.”

Esto lo que para Rospigliosi era y los científicos peruanos es obvio, no lo es para nuestros “queridos” gobernantes que insisten en realizar acciones populistas de corto plazo, pero que nunca se han atrevido a pensar en gobernar a largo plazo, ni menos en crear las condiciones para que la ciencia, tecnología e innovación ayuden a explotar mejor nuestros recursos naturales.

Desde que tengo uso de razón la única expedición científica peruana que conozco es la realizada periódicamente a la Antártida iniciada en 1988 y la última fue la del año pasado (2011).  Después no he conocido otra. Pero también pueden realizarse expediciones científicas a ciertas zonas amazónicas, de la sierra y costa peruana. Sin embargo, también el gobierno debería potenciar los institutos de investigación que en la actualidad según el CONCYTEC, aparte de las que existen en algunas universidades peruanas,  son:
Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial, Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, Instituto del Mar del Perú, Instituto Geofísico del Perú, Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, Instituto Nacional de Innovación Agraria, Instituto Nacional de Investigación y Capacitación en Telecomunicaciones, Instituto Nacional de Salud, Instituto Nacional de Salud del Niño, Instituto Nacional de Salud Mental, Instituto Peruano de Energía Nuclear, Instituto Tecnológico Pesquero, Instituto Geológico Minero y Metalúrgico y  el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú.

Si bien es cierto que está bien que estos institutos existan, pero lo que está mal es que exista muchas veces trabajos repetidos por la falta de una comunicación efectiva entre ellos, tampoco se intercambian investigadores ni menos se prestan servicios ni ayudas entre ellos, además el estado nunca ha financiado las investigaciones de manera generosa, siempre está mezquinando el dinero a los investigadores. Para colmo no existe un ente que unifique ni que dicte una política única de investigaciones ni de las prioridades en las investigaciones peruanas. El CONCYTEC nunca lo hizo de manera efectiva. Cuando el estado destina dinero a estos institutos entre el 70 y 80 % se va para pagar a trabajadores administrativos y servicios, el restante efectivamente sirven para financiar investigaciones. Por otro lado, el número de  investigadores es exageradamente reducido si lo comparamos con el número de trabajadores administrativos. 
   
En realidad a los gobernantes peruanos nunca les ha importado la investigación científica ni la tecnológica, ni mucho menos la innovación. Pero si hablan de ella (las contadas veces que hablan sobre ciencia) como si supieran, pero nunca toman una acción concreta. Adolecemos de una clase política educada, ilustrada, erudita y que también sea honrada; nunca en nuestra historia republicana la hemos tenido. Unos eran ilustrados, pero no honrados. Otros eran honrados, pero no ilustrados.

De alguna manera los partidos políticos tienen que madurar, eliminar de sus filas a los “comeoro”, “comoepollo”, “robacable”, violadores y demás engendros. Tienen que formar líderes educados y honrados. No deben aceptar a gente que pone mucho dinero para la campaña y ya es congresista o ministro. Los meritos académicos son burlados, hay congresistas y ministros con grados de maestría y doctorado, pero bambas, mienten en sus hojas de vida. Necesitamos gente con  valores y educada, de lo contrario bien podríamos repetir el discurso del  Dr. Carlos J. Rospigliosi Vigil  el año 2017 y  será vigente ¡aun cuando hayan pasado 100 años!



viernes, 15 de junio de 2012

Número de accidentes y muertes laborales


Según el portal web de la OIT   cada 15 segundos, un trabajador muere a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo y cada 15 segundos, 160 trabajadores tienen un accidente laboral.

Increíble que en pleno siglo XXI ocurran tantos accidentes y muertes de los trabajadores. Estas cifras llevan a que cada día mueran 6 300 personas a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo  que en un año suman más de 2,3 millones de muertes.

Además de la pérdida de un padre, madre o familiar el costo económico  es enorme. Se estima en un 4 por ciento del producto interior bruto global de cada año.

Según la OIT “Las condiciones de seguridad y salud en el trabajo difieren enormemente entre países, sectores económicos y grupos sociales. Los países en desarrollo pagan un precio especialmente alto en muertes y lesiones, pues un gran número de personas están empleadas en actividades peligrosas como la agricultura, la pesca y la minería. En todo el mundo, los pobres y los menos protegidos - con frecuencia mujeres, niños y migrantes - son los más afectados.”

En nuestro país debido a que existen numerosas empresas informales no se conoce el número ni las características de los accidentes laborales, tampoco de las enfermedades.  Es conocido que muchos niños son explotados en la minería ilegal, expuestos a inhalar el mercurio y otras sustancias toxicas.  Las condiciones de seguridad en el trabajo en  estas empresas informales son deplorables y si un trabajador queda lesionado o enfermo, esas empresas no se responsabilizan y el pobre trabajador tiene que pagar todos los costes de su tratamiento.

Las condiciones laborales en algunas empresas “formales” son desastrosas. Por ejemplo, no permiten descansos, si vas al baño te cobran el jabón, agua y por supuesto hasta el papel higiénico. También tienes que pagar por tu almuerzo ya que no te dejan salir afuera y comer en el restaurante de tu gusto.

Sorprendentemente, algunas empresas transnacionales han adquirido  “malas costumbres” típicas de Sudamérica.  Como por ley si trabajas más de 8 horas te deben pagar las horas extras, pero tu jefe te pide “amistosamente” que “colabores con la empresa”  y te quedes de una a cuatro horas más, pero antes debes marcar tu salida como si trabajaras sólo 8 horas por día.  Si esto pasa recomiendo a los trabajadores escribir una carta a los accionistas de esas transnacionales, a los congresistas del país donde tiene la central esa transnacional   y les cuenten como actúan sus gerentes en Sudamérica.

Otro asunto grave son las vacaciones ficticias. Pero bueno las horas extras continuas y la falta de vacaciones causan un estrés al trabajador y sumado al cansancio obvio, se convierten en causas de muchos accidentes laborales que, en muchos casos, pasa "desapercibido" y casi siempre el único "culpable" del accidente es el trabajador, según el "criterio" de algunos malos empleadores.   

miércoles, 6 de junio de 2012

Los conflictos sociales mineros en el Perú ¿Qué dicen los especialistas?


Desde hace unos años en el Perú ha ido creciendo el llamado conflicto social debido a la actividad de la minería, donde muchos políticos opinan del tema mientras que los especialistas e instituciones como los colegios profesionales, universidades, sociedades científicas  y centros de investigación  no se han pronunciado, al menos públicamente. Esto me ha llamado poderosamente la atención.

Es extraño, ya si se tratara de un tema de salud, los que deberían opinar serían los médicos. De igual manera en el tema ambiental hay ingenieros y científicos trabajando a quienes la prensa debería consultar y ellos dar opiniones basados en la ciencia y tecnología. Con esto no digo que los políticos no deben opinar, si tienen todo su derecho  y es más, la población exigirá que ellos hablen sobre temas ambientales.  Pero en la actualidad solo escuchamos hablar a los políticos y que yo sepa ningún profesional especializado en temas ambientales “ha metido su cuchara” en este gran debate. El tema ambiental se ha politizado en el Perú, lo cual es sumamente peligroso conociendo cómo es la política y a los políticos que tenemos en nuestro querido Perú.

Hay varios actores que están actuando mal en estos conflictos, polarizándolos más  y, además, parece ser que nos les importa nada la muerte de las personas. Uno es el gobierno nacional, otro el gobierno regional y siguen  los dirigentes nacionales y regionales, la prensa y las empresas mineras. Por otro lado, las instituciones como colegios profesionales, universidades y sociedades científicas ni opinan del tema.     

La actitud, casi beligerante, tanto del gobierno que está a favor como la de los dirigentes políticos que se  oponen a los proyectos mineros está equivocada.  Los términos del debate han subido exageradamente de tono hasta llegar al insulto y la casi a la rebelión.  Uno hecha gasolina y el otro enciende el fósforo.  No pues, con esta clase política ningún conflicto ambiental se resolverá. Entre todos los políticos la que ha tenido un comportamiento correcto ha sido la Congresista  Verónika Mendoza, lamentablemente ha sido “maltratada” por gente de su propio partido político y no le quedó otra que renunciar. Mendoza fue la única que pidió  los informes técnicos y en base a eso tuvo una actitud política responsable, es decir primero se entera y luego actúa. Le faltó una asesoría para interpretar y verificar la rigurosidad  de los informes que ella solicitó al MINSA y a otras instituciones.  
El gobierno tiene la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales que según dice en su portal Web es el órgano especializado que depende jerárquicamente del Presidente del Consejo de Ministros, encargado de dirigir el proceso de gestión de conflictos sociales en todos los niveles de gobierno y en el ámbito del territorio nacional, así como de evaluar los resultados de dicha gestión de conflictos sociales. No se quienes son los especialistas que conforman esa Oficina, pero hace poco el Primer Ministro extrañamente dijo que  "el gobierno no cuenta con técnicos suficientes para afrontar  los conflictos".

Por otro lado, está mal que el gobierno se proclame abiertamente a favor de un proyecto minero. ¿Qué pasa? ¿Tienen ellos parte en las acciones de esas empresas, son sus representantes legales o voceros oficiales? ¿Por qué decir Conga va? cuando la que decide ir o no ir es la empresa minera. No pues. El gobierno nacional y el regional no  tienen que tener una posición ni a favor ni en contra, si es que antes no hay un informe técnico ambiental que lo respalde, no antes.  Y cuando digo informe técnico no me refiero a un informe cualquiera sino a uno bien hecho.

Un informe ambiental serio tiene una metodología. No es coger con un balde una muestra de agua y llevarla al laboratorio y luego decir que tal metal esta a niveles mayores que los permitidos y por tanto la mina contamina. Eso está mal, ya que no se ha seguido la metodología del muestreo ambiental.  Nuestro país cuenta con muchos especialistas ambientales, la primera universidad donde se creó esta necesaria carrera  fue en la Universidad Nacional  Santiago Antúnez de Mayolo  donde hace unas pocas semanas dicté una conferencia.

Un estudio ambiental requiere seguir una metodología rigurosa, se necesitan el trabajo de técnicos, ingenieros y científicos con especialización para recoger los datos e interpretarlos, tras lo cual redactan un informe y será elevado a las autoridades que lo requieran o lo hayan solicitado. Pues ese informe debe ser público, en aras de la transparencia para que se discutido por todos los especialistas. Pues se da el caso que no todos se hacen público. Por ejemplo, traté de buscar el famoso informe de la Vicaria de Solidaridad de Sicuani que según se dice el monitoreo fue ejecutado con el apoyo de una cooperante católica Alemana, así como en coordinación con otros organismos nacionales de derechos humanos en nuestro país. He buscado en Internet ese bendito informe, pero no lo encuentro, solo hay referencias al informe. 

Igual sucede  con otros informes de oficinas oficiales del estado no están disponibles en Internet, hay que solicitarlos por escrito vía una institución. Pero allí el estado peruano tiene una tarea pendiente ya que esos informes no son privados, han sido pagados con la plata de los peruanos y se supone que por transparencia institucional deben estar disponibles en Internet porque estamos en pleno siglo XXI y se puede hacer.   


Ya me tienen cansado los informes que dicen "se necesita mayor estudio"  y no concluyen en nada. No pues ¿cuándo se va a realizar un informe completo con la rigurosidad técnica, tecnológica y científica requerida? Para eso se requiere dar los recursos necesarios, no se puede mezquinar los presupuestos  a los estudios ambientales. Asimismo, se requieren especialistas que los hay, no aficionados o "gente de confianza".   

Las empresas también tiene la culpa. Hay una historia negra donde se contaminaba a más no poder y las relaciones comunitarias eras desastrosas. Con el tiempo han cambiado y gracias a las leyes que se han dado y  a las fiscalizaciones ambientales   que se hacen en el sector minero formal la situación es otra. Pero falta mucho por trabajar en ese aspecto.  Por ejemplo; muchas empresas  tienen  varios abogados, muy buenos y bien remunerados, mientras que sus especialistas en temas ambientales son pocos, no tienen muchos recursos y los buenos no ganan mucho. Tampoco tienen  sociólogos que bien podrían entender a las poblaciones de su área de influencia.

Algunas empresas mineras dicen que su problema con la población es la falta de comunicación. Pero eso no es cierto. Lo que les falta es comprenderla, ponerse en el pellejo de la población. Para eso lo mejores profesionales son los sociólogos, no los abogados ni ingenieros. Una vez que los entiendan su forma de ser, su historia, entre otros, ya pueden entrar los comunicadores sociales y otros profesionales. Pero no puedes ponerle de frente al abogado o a la policía y luego decir que “nuestro problema ha sido la falta de comunicación”.  

Según Caretas  Nº2234 pg 21 entre diciembre de 2011 y abril de este año la OEFA, Organismo de Evaluación y Fiscalización del Ambiente, impuso sanciones por 23 millones de soles a las mineras quienes hasta la fecha sólo han pagado 3 millones de soles, cifra obviamente ridícula. Esto sucede porque las mineras apelan al Poder Judicial. No pues, hay que ser responsables.  

Los dirigentes tienen que comprender que sus intereses políticos no son prioritarios. Lo importante es servir a la sociedad que dicen defender. El colmo es que hay autodenominados “líderes sociales” que no tiene el respaldo ni presencia real en la sociedad. No pueden llevar a extremos su protesta. No pueden tomar impunemente las carreteras. No pueden mentir a la población. Usar justas demandas sociales para ganar elecciones y luego olvidarse de sus promesas no está bien. Usar temas ambientales con cálculos políticos es deplorable.  Luego hay policías y pobladores  heridos y muertos y nadie de hace responsable, eso es indígnate.

La minería ilegal es un gran problema, por ejemplo;  según Macroconsult la exportación de oro ilegal generó en el 2011 la cifra de 3 000 millones de dólares, mientras que el narcotráfico produjo 1 200 millones de dólares, siendo la evasión tributaria alrededor de unos 450 millones de dólares al año con los cuales se podrían haber construido 5 Metropolitanos. Es una enormidad de plata.  Los daños ambientales son también enormes, en Madre de Dios han sido afectadas 30 mil hectáreas  por la minería ilegal del oro.

Por un lado las poblaciones  y organizaciones (como ciertas ONG) se ponen en contra de la actividad minera formal, pero no dicen nada de la minería ilegal, que de manera inhumana tiene a niños trabajando y no sólo eso, sino que cruelmente son sometidos a laborar en condiciones deplorables. Estas rodeados de prostitución y mafias que son las únicas que se beneficias por esta actividad minera ilegal.  En este caso esas organizaciones que se oponen a la minería legal no dicen nada. Hay una doble cara. Tampoco el estado ha hecho gran cosa por resolver este problema. Asimismo, poblaciones que antaño se quejan de la contaminación causada por una actividad metalúrgica, ahora  reclaman que no se cierre esa empresa.

Hace pocas semanas nuestro país se vio inmerso en la toma de carreteras ocasionada por los mineros “informales” de Arequipa y Trujillo. Como ocurre casi siempre el gobierno débil ante esta protesta cedió y mediante el  DS 012-2012-EM, que el blog de gestiónpública calificó de “infame”,  permitirá que se siga comercializando ese oro ilegal por dos años para según los expertos del gobierno "se consolida la formalización de esos mineros" a través de la empresa estatal Activos Mineros y con el financiamiento del Banco de la Nación. No pues, encima que no pagan sus impuestos, contaminan, incumplen las leyes laborales y el estado los financia. El gobierno por sacarse un problema ahora lo posponen y dentro de dos años se van a meter en otro.  

Hay que reconocer que toda actividad humana contamina el ambiente, los costeños estamos contaminando el rio con nuestros desagües y luego finalmente contaminamos  el mar. Cuando una persona hace uso indiscriminado de los fertilizantes y pesticidas contamina los suelos y el agua. Cuando se talan los árboles y no se siembran nuevos se hace un  grave daño al ambiente.

Hay mucha gente que se rasga las vestiduras para que otros cuiden el ambiente, pero esas mismas personas contaminan y hacen daño al ambiente. Eso ocurre cuando tienen goteras en su caños, exageran con el uso del agua, no usan focos ahorradores, botan muchos desperdicios, no participan en programas de reciclaje,         queman la basura, botan pilas a la basura, imprimen sus documentos de manera indiscriminada, usan mucho combustible en sus vehículos, entre otros.

Toda actividad industrial, al igual que la actividad humana, contamina, pero hay que llevar esa contaminación a niveles mínimos posibles, a valores aceptables.  Con la tecnología actual eso se puede hacer, lo que nos falta es un compromiso de la sociedad peruana, de sus gobernantes y las empresas de ser lo más transparentes en los temas ambientales, reforzar el monitoreo ambiental participativo, potenciar las fiscalizaciones ambientales,  sancionar ejemplarmente tanto a la minería ilegal como a la legal si está última contamina,  tener leyes simples y claras, no un enredo legal y, finalmente, un poder judicial eficiente y ejemplar.  

Como actores vigilantes de los compromisos ambientales deben estar los colegios profesionales, las universidades, las sociedades científicas  y los centros de investigación quienes no pueden ser testigos mudos, sino entes opinantes y activos. 

sábado, 2 de junio de 2012

¿Qué tipos de científicos hay en el Perú? ¿ Buenos, malos o locos?


Casi siempre escucho en los medios de comunicación que los buenos científicos peruanos están en el extranjero y sólo los malos y locos se quedan en el Perú.  Bueno, que yo sepa no ha existido un estudio serio donde se demuestre claramente esa hipótesis.  

No trataré en esta entrada de hacer un estudio profundo de la clase de científicos que hay en el Perú, pero por mi experiencia y conocimiento de algunos de ellos puedo hacer un ejercicio mental para sustentar que muchos son buenos y otros son malos, pero ninguno es loco.

Conozco casos de algunos peruanos que luego de obtener el grado de doctor regresaron al Perú con el fin de trabajar en alguna empresa y aportar al desarrollo nacional. Pero sucede que, en general, a la empresa privada peruana le interesa “un pepino” tener a un doctor en ciencias (físicas, químicas, biológicas o matemáticas).  Las típicas respuestas de los empresarios peruanos es: ¿Para qué?  Pero si acá no tenemos dinero ni tiempo para investigar y  seguro querrá cobrar mucha plata. Para estas empresas consideran como la mejor opción  contratar un técnico que a un científico. Con una visión a corto plazo a estas empresas les conviene más un técnico que un investigador, pero con una visión de largo plazo un grupo de científicos innovadores les sería de mucho provecho, no sólo para esa empresa mejore sino que sobreviva a la competencia.  

No conozco a algún doctor en ciencias que trabaje como investigador en alguna empresa privada peruana, si lo hay, agradeceré mucho decírmelo. Podría haber uno o dos, pero no como el caso de una empresa innovadora estatal brasileña que tiene un 60 % de su personal  a científicos, cosa impensable siquiera en las empresas privadas peruanas.

Al no conseguir trabajo en una empresa el recién graduado de doctor va a su alma mater. Lo recibe las autoridades y le dicen que no hay presupuesto cuando en realidad si lo tienen. Lo que estas mediocres autoridades no le dicen, es que un profesor con el grado de doctor puede ocupar ciertos cargos importantes en la universidad, pero como hay un “círculo de profesores universitarios privilegiados”   que siempre ocupan esos cargos, les molesta mucho la competencia y tratan por todos los medios de alejar a sus posibles “amenazas” de mil y unas maneras.

Por terquedad o perseverancia algunos de estos doctores pueden entrar a trabajar en su alma mater o en otra universidad. Pero una cosa en entrar y luego lo que se hace allí. Se verá sometido, salvo excepciones, al dictado de una excesiva cantidad de cursos, un número grande de alumnos, trabajos administrativos y con el  poco tiempo que le queda deberá hacer su investigación.

Al planificar su investigación el científico peruano se dará cuenta que no sólo le falta tiempo para dedicarse a su laboratorio, sino que también dinero, infraestructura, equipos y reactivos. Deberá buscar con todas sus fuerzas y talento los recursos para realizar su investigación, así como  convencer a las autoridades que “como un favor” le  proporcionen los medios para realizar su investigación.  Si hay que comprar un equipo o reactivo  se dará cuenta que el costo puede ser más del doble de los que vale en Europa o USA.   

El científico peruano buscará ver quién le financia sus investigaciones. Ni hablar de la empresa privada. El estado peruano tan solo tiene programas de subvenciones a través del CONCYTEC y  de algunas universidades. No es como en USA o Europa donde existen varias instituciones públicas y privadas a las cuales uno puede solicitar una subvención económica. 

Si logra quitarles tiempo a su familia y amigos el científico peruano se dedicará a realizar su investigación a la par que hace su trabajo de docencia y administrativo que la universidad le encomiende. Tras algunos años desarrollará una línea de investigación exitosa. Pero antes habrá fracasado ya que los temas de investigación que uno proyecta no todos son exitosos, toda investigación científica está plagada de fracasos, eso es lo normal aquí y en el extranjero.

Tras mucho esfuerzo logrará publicar sus investigaciones en una revista nacional donde los requerimientos no son muy estrictos, pero algo es algo. Si tiene relaciones con universidad o centros de investigación del extranjero podrá incrementar el rigor de sus investigaciones y si, podrá enviar su artículo a revistas extranjeras.

Si el producto de su investigación tiene una aplicación industrial probable se le puede ocurrir patentar su trabajo. Para ello deberá ir al INDECOPI  y realizar todo el trámite administrativo y responder los cuestionamientos de los peritos. Si lo hace y no hay inconvenientes tendrá que pagar cada cierto tiempo una cantidad de dinero para mantener la patente. Pero si tiene la mala suerte que tuvo un colega químico al cual le han asignado “peritos” a gente que recién ha egresado de la universidad, tendrá muchos problemas.

Si este científico exitoso cuando digan en círculos de amigos que sólo un loco o un mal científico se queda en el Perú, obviamente se indignará, ya que el no es ni loco ni es malo.

Por otro lado sucede que el recientemente graduado doctor en ciencias regresa al Perú y pronto se desamina por las condiciones adversar que tiene para investigar. No le queda otra que dedicarse a trabajos administrativos y docencia universitaria. Otros se dedicaran a trabajos para los cuales no fueron capacitados, pero que son rentables. Si le gusta y es bueno en lo que ahora hace está bien, pero si vive atormentado y resentido porque no investiga será infeliz toda su vida.     

Hay varias razones por las cuales un buen científico vive en el Perú y no en el extranjero. Puede ser que le guste el clima de la ciudad donde vive,  que es más feliz al estar con su familia, que tiene un grupo de amigos entrañables, que la forma de vida en el Perú sea más tranquila que en USA o Europa, que sienta un gran amor por su patria, que sienta que está retribuyendo a sus compatriotas la educación que le brindaron, entre otros.

Cuando estuve en Europa conocí a algunos científicos  peruanos que trabajan allí y trabé amistad con uno de ellos.  Me invitó a cenar con su familia, su esposa era europea y su hijos también, aparentemente todo iba bien.  Ya después de algunos tragos y que su esposa e hijos se fueron a dormir, mi amigo comenzó a llorar, entre sollozos me confesó que extrañaba mucho al Perú, a su familia y amigos, al clima apestoso de Lima y sobre todo la comida. Me contó que antes de dormir pensaba ¿cómo no despierto en el Perú?  Esta experiencia tuvo un profundo impacto en mi persona. Yo me dije; no puedo vivir como él, aparentemente contento, pero en el fondo del alma con una tristeza profunda. Uno tiene que vivir, aunque gane poco o no se desarrolle científicamente en un lugar donde esté contento ya que la felicidad no tiene precio. Esa fue una de las razones por las cuales estoy en el Perú. 

Normalmente, un científico peruano en el extranjero es uno más dentro de un grupo de investigadores. Pero  en el Perú es el “señor  científico”. Su rol y reconocimiento de la sociedad peruana es mucho mayor que el que recibiría en el extranjero. En otro país es el “peruano”.  En general la sociedad (peruana y de otros lares) reconoce y admira a sus científicos aunque no tenga mucha idea de los grandes aportes o el impacto de las investigaciones que ellos realizan.    

Existen pocos casos, pero los hay, de científicos peruanos que han llegado a ser lideres de buenos grupos de investigación extranjeros.  Existen otros que se han dedicado con gran éxito a trabajar  e investigar en empresas internacionales.   

Si hacemos un ejercicio mental de poner a un típico científico peruano exitoso que trabaja en condiciones desfavorables en nuestro país y lo llevamos al extranjero con mejores condiciones  es casi seguro que realizará una labor mucho más productiva porque está acostumbrado a trabajar en la adversidad.  

El famoso dicho, sin fundamento alguno, que los científicos malos se quedan en el Perú no es cierto. Como todo en la vida; hay buenos y malos, tanto en nuestro país como en el extranjero. Tampoco son locos. La caricatura del científico loco es una ridiculización, es un estereotipo  producto de una simplificación  prejuiciosa, nada que ver con la realidad.


domingo, 29 de abril de 2012

Es buena idea que tanto el estado peruano como la empresa privada dirijan la inversión en ciencia y tecnología



Hace unos días leí sorprendido el editorial de El Comercio titulado “Tectanic. Es mala idea que el estado dirija la inversión en tecnología” aparecido el miércoles 11 de abril de este año. 

Yo creí que era un titulo irónico y que el texto del editorial  se iba a contradecir con titulo, pero no. No sé lo que pasa en ese diario limeño, pero este año algunos editoriales y contenidos de la sección opinión no han sido preparados  con el rigor periodístico que se merecen y otros han sido desatinados. 
 

El editorial señala: “Al contrario de lo que supone  el gobierno, para que en el Perú se produzca más investigación no necesitamos más Estado”.  Bueno la verdad es que hasta ahora  el gobierno de Humala no  ha mostrado ningún interés en la investigación científica ni mucho menos establecido una política sobre ciencia y tecnología. Así es que por el momento, los científicos peruanos pensamos que el gobierno actual no supone, ni tiene idea ni planes sobre investigación científica, es un tema que no aparece en su agenda.

Párrafos más adelante señala el editorial: “Lo que inevitablemente sucederá es que el Estado invertirá a ciegas, sin información, arriesgándose a colocar el dinero de todos en proyectos poco sensatos o, incluso, inútiles. Salvo que, para apoyar a la ciencia, el gobierno esté dispuesto a consultar a un adivino.” Me pregunto qué hubiese pasado si en 1961 ante la  propuesta del presidente John F.  Kennedy: Creo que esta nación debe de enfrentarse al reto, antes del final de esta década, de hacer que un hombre aterrice en la luna y de traerlo a salvo de vuelta”,  la prensa de ese país se hubiera opuesto y expresado, acorde con la línea capitalista, que eso no compete al Estado, sino más bien a la empresa privada que es la que más conoce el proceso productivo y sabe como satisfacer mejor a sus consumidores. De hecho eso  hubiera impedido  que el Congreso de USA aprobase el presupuesto del programa de vuelos tripulados Apolo cuyo costo fue de 25 400 millones de dólares y de todo lo que aportó a la humanidad esa inversión del Estado Americano.   

Si bien es cierto que en los países desarrollados más invierten  las empresas privadas que el Estado en lo que respecta a investigación científica y tecnológica,  este último nunca se inhibe de participar. Cuando uno ingresa a los portales Web de los ministerios de esos países hay varios links para postular a subvenciones que esos estados ofrecen a los investigadores.

Pero no todo lo expresado en este editorial está equivocado. Por ejemplo: “Pero no es necesario especular tanto sobre lo que podría hacer mal el Estado con mayores recursos y más burocracia. Basta ver lo mal que lo ha venido haciendo hasta hoy. Las regiones, por ejemplo, reciben S/.1.100 millones para investigación producto del canon. Buena parte de este presupuesto no se ejecuta y se añeja en sus cuentas bancarias. Y es un evento casi milagroso que las universidades públicas que reciben recursos para realizar investigación logren una patente exitosa. E, incluso, existen ejemplos real-maravillosos de a que finalidades destinan estas instituciones los recursos que si usan, como el de la Universidad Nacional del Altiplano, que utilizo parte de ellos para financiar un restaurante de pollo a la brasa.”

Es cierto que las regiones hacen, en general, mal uso del dinero del canon en especial el destinado a investigación. Pero eso se debe a que primero, no existe una cultura de investigación e innovación no sólo en las regiones sino también en Lima. Segundo, los funcionarios no saben qué es investigación o innovación ni su importancia a la economía regional. Tercero, muy pocas personas saben gestionar los fondos destinados a la ciencia y tecnología. Cuarto, no existen en las regiones ni medianos o pequeños centros de investigación, tan solo individualidades que contra viento y marea realizan una titánica labor de investigación.

Muchas veces se cree que con poner a un renombrado científico para que gestione los recursos destinados a investigación ya el asunto se soluciona. Pero muchas veces eso no funciona, porque ese científico ha sido preparado académicamente para investigar, no para gestionar o administrar una institución que apoye a la ciencia. Por ello, se requiere no sólo científicos o tecnólogos, sino también administradores en ciencia y tecnología quienes ocupen cargos importantes, tanto en el gobierno nacional como en los regionales. Por eso recomiendo que las universidades formen no solo profesionales para administrar empresas, sino también en administrar instituciones privadas o públicas para el desarrollo de la ciencia y tecnología.

Hay otra parte del editorial con el que estoy de acuerdo: “El Estado podría, por ejemplo, crear incentivos tributarios para aquellas compañías que demuestren invertir en este tipo de proyectos. Podría también reducir los costos administrativos y tributarios para las empresas extranjeras de tecnología que decidan tener sus centros de investigación en el Perú. O permitir que las empresas tengan la posibilidad de cambiar parte del pago de sus impuestos por inversión en proyectos de investigación desarrollados, por ejemplo, por universidades. Todos estos esquemas permiten que sean aquellos con mejores incentivos e información los que escojan a donde destinar los recursos para investigación.”

El crear incentivos tributarios para que la empresa privada destine fondos  para la investigación si creo que debe dar buenos resultados, siempre y cuando existan científicos y universidades que sepan trabajar al nivel de la empresa. Mucha veces la lentitud de los trámites en las universidades y la falta de incentivo económico al investigador, eso sumado a que muchos empresarios no comprenden que una investigación es diferente a una producción hacen que el primer contacto empresa-universidad sea desastroso y desalentador.

En empresario americano sabe que al invertir, por ejemplo; un millón de dólares por cada uno de  diez proyectos de investigación, nueve de ellos seguro fracasarán, pero el éxito de tan solo uno de los diez le reportará una ganancia con lo cual no sólo recuperará los 10 millones de dólares invertidos en esos 10 proyectos sino que tendrá dinero suficiente para seguir invirtiendo en investigación.  En el último CADE (2011 realizado en el Cusco) el profesor Scott Stern del MIT Sloan School and NBER disertó el tema "The Innovation Challenge for Perú: Lessons from MIT and Beyond”  y al final de su discurso hizo un reto a los empresarios peruanos que extrañamente ningún medio de comunicación mencionó. Stern propuso que los empresarios peruanos financiaran proyectos pequeños de innovación  con presupuestos de 100 000 dólares que trabajasen en conjunto con investigadores de universidades y que dentro de un año Stern volvería al Perú para ver los resultados. Que yo sepa hasta ahora ninguna empresa ha tomado esa propuesta.    

Es curioso que los científicos e instituciones científicas peruanas no hayan salido a refutar semejante desatino editorial de El Comercio. Tan sólo Modesto Montoya en ese mismo diario (el 28 de abril) y el Dr. Roger Guerra-García, presidente de la Academia Nacional de Ciencias  en una ceremonia de esa institución han expresado su malestar públicamente.  A diferencia de lo que ocurre en el campo del arte o de las letras, donde seguro a los pocos minutos ya la gente estaría protestando y ridiculizando un editorial tan desatinado como este.   

El banco HSBC publicó el estudio “El Mundo al 2050” donde coloca al Perú en el puesto 26 entre las 30 economías más grandes del mundo que serían en ese año. Si pretendemos llegar a esa meta, necesitamos desde ya una política estatal práctica y realista en ciencia y tecnología, mayor cantidad y calidad de investigadores y centros de investigación, muchos administradores en ciencia y tecnología, técnicos altamente especializados y una eficiente y eficaz interacción empresa-estado-universidad-sociedad.          

domingo, 25 de marzo de 2012

EL PRIMER DÍA EN LA UNIVERSIDAD



Siempre recordaré el primer día que de clases en la Facultad de Química e Ingeniería Química en la UNMSM, fue por el segundo semestre del año 1981. En ese tiempo éramos como 2,000 alumnos en la FQIQ y habíamos ingresado 100 de química y 200 de ingeniería química (más unos cuantos por empate de puntos).

El primer semestre en la vida universitaria es decisivo.  Una nueva atmósfera; la universitaria, donde parece que cada persona sabe o al menos  cree saber lo que tiene que hacer. El ingresante dubitativo ve sorprendido a los profesores de paso apurado, a sus compañeros de años superiores en sus cosas, a las autoridades que les sonríen. Los cachimbos, que ya pasaron la alegría del ingreso, quedan atónitos  ante la vorágine de la matrícula y el comienzo de clases y desorientados en las inscripciones de los laboratorios.  Apenas pasan unos días y ya comienzas los exámenes, ¿cómo será? ¿Qué nos preguntarán? ¿Seré capaz de aprobar ese curso que no entiendo?

El inicio es chocante, ya que pasar del colegio a la universidad es todo un cambio. No solo de amigos, sino también de sistema de enseñanza y también de aprendizaje. Los que eran primeros puesto en el colegio ahora sufren las evaluaciones. Como uno no tiene un método de aprendizaje muchas veces fracasa y reprueba sus cursos. En el transcurso de poco tiempo cada uno, mediante prueba y error, hace lo que puede por conseguir su método. Unos aprenden más escuchando, otros leyendo.  Mi método era el típico, escuchar lo más atento posible las clases del profesor y tomar notas, luego correr a la biblioteca para sacar todos los libros donde se mencionara el tema de clases y tomar nuevas notas, regresar a mi casa y leer mis libros. No sé porque, pero nunca pude estudiar en la biblioteca ni en las aulas, solo en mi casa.

Al pasar los años fui perfeccionando mi método y pasé a leer las revistas de química muchas de ellas en inglés, donde encontraba más información y con mayores detalles. Aquí tuve una ventaja ya que en los primeros dos años de estudios universitarios había estudiado paralelamente ingles en la PUCP. Eso me sirvió de mucho.  Claro que en ese tiempo no había Google, pero de haber existido hubiera sido de gran ayuda.

Cuando perfeccioné mi método ya en cuarto año, no me preocupaba por pasar el curso sino por alcanzar la máxima nota posible. De hecho iba a aprobar el curso, tan solo me preocupaba la nota de aprobación. Muchas veces me llamaban compañeros para que yo formara parte de su grupo de estudios, aunque a veces no me agradaba mucho porque algunos no aportaban nada. Con el tiempo consolidé un grupo de estudios; amigos con intereses iguales al mio. 

Conocí compañeros más inteligentes que yo, pero por motivos económicos o familiares tuvieron que abandonar sus estudios universitarios. Otros ya cansados de reprobar continuamente se fueron paulatinamente de la universidad. No era fácil estudiar en una universidad estatal por los 80, donde el terrorismo estaba en apogeo, la hiperinflación era nuestro pan de cada día y teníamos gobernantes corruptos (bueno siempre  los hay). Creo que de 100 ingresantes solo 20 acabamos.     

El éxito de los estudios universitarios depende mucho del apoyo familiar. Unos padres que te de tranquilidad y los medios para estudiar.  También depende de la alimentación, un adecuado balance de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales, agua,  etcétera son imprescindibles.    

Hace unos días compré el libro de Jorge Basadre “Materiales para otra Morada”, Editorial Librería la Universidad, 1060, Buenos Aires, Argentina que en la página 166  encuentro un texto importante:

EL CONTACTO ENTRE EL ESTUDIANTE Y LA UNIVERSIDAD
Cuando un joven (o una joven, ya que el número de mujeres está aumentando en forma impresionante en las aulas cada año) decide dedicar cuatro, o cinco, o siete, o nueve años a la vida universitaria, ¿qué se propone?  Se propone, por lo general, alguna de estas tres cosas o las tres en proporción variable: adquirir cierto número de conocimientos que le permitan luego obtener un grado y un título y una renta adecuada, trabajando gracias a ellos; encontrar medios y ocasiones para desarrollar sus aptitudes y capacidad latentes; prepararse para desempeñar su propio papel de acuerdo con su valer, como miembro de la colectividad o como ciudadano.

Surge allí un contrato (tácito porque no hay, por lo general, quien se encargue de  hablar a su debido tiempo acerca de esas cosas). El estudiante adquiere el derecho de que se le den los conocimientos, los medios y las ocasiones, en razonable cantidad para el cumplimiento de dicho objetivos. La universidad, por su parte, si bien con tal motivo reconoce perentorios deberes, por otra parte se ve premunida de ciertos derechos. Por ejemplo, adquiere el  derecho de exigir al estudiante una cuota de trabajo y una cooperación voluntaria pero sistemática dentro de la vida institucional. Ello implica, de un lado, profesores capaces, bibliotecas y laboratorios bien provistos, aulas cómodas, residencias. De otro lado, quiere decir estudios, prácticas, pruebas de aptitud, vale decir selección y autenticidad académicas.    

Y en la página 168 de libro:

OBJETIVOS UNIVERSITARIOS TRADICIONALES Y OBJETIVOS DENTRO DEL MUNDO DE HOY
c) La verdadera universidad requiere una atmósfera severa de trabajo y de estudio, empezando por sus pruebas de ingreso y acabando en sus grados doctorales y en los cursos para profesionales y graduados y de extensión cultural (sin prejuicio de que existan, al lado de ese plano, actividades deportivas, intelectuales o de sociabilidad que lo compensen con creces). A la vez necesita estar vitalizada  en nuestro tiempo por un vigoroso aliento democrático, en el sentido de que a las aulas puedan llegar y de que en ellas tengan oportunidad y facilidades para seguir adelante, orientándose en el sentido que su vocación indique, jóvenes capaces de todas las clases sociales y de todas las regiones geográficas, pero bajo la condición de que quieran, sepan y puedan trabajar.

Ojalá hubiera leído ese texto al ingresar a la universidad para poder comprenderla mejor. Ahora el estudiante tiene muchas facilidades que antes para no fracasar en sus estudios universitarios. Sin embargo, estudiar en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es toda una valiosa experiencia, es un pequeño Perú, todos los pros y contras del Perú están aquí presentes, todas las sangres, todas las clases sociales, todas las tiendas políticas, todos sus problemas y soluciones.  

Recuerdo que en un viaje a Europa, tenía que hacer estadía en el aeropuerto de Heathrow de Londres y me encontré con una peruana. Conversando me enteré que ella trabaja limpiando  casas en Alemania y cuando me preguntó por mi le respondí que era un becado universitario. Para mi sorpresa me dijo: ¡Ah! eres culto. No pude conversar más con ella porque se me hizo un nudo en la garganta.  Allí comprendí que ser universitario es en realidad un privilegio. Muchos peruanos no tienen los medios ni siquiera para postular a la universidad (como aquella compatriota), otros la abandonan y pocos llegan a terminar y graduarse.  Estudiar en la universidad y, muy en especial, en San Marcos es en realidad un privilegio que muchos luego de graduarse y trabajar recién comprenderán y sentirán un nudo en la garganta y una fuerte emoción al igual que la sentí yo ese día en Heathrow.