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sábado, 23 de abril de 2011

Reflexiones después de las elecciones Perú 2011: Insultos e intolerancia. Parte III

Muchas personas se extrañan de leer en Facebook o Twitter comentarios racistas e insultos, pero esto es común en las conversaciones de muchas personas en el Perú. No es novedad, nada más que ahora se ha extendido en las redes sociales.

En el caso de Facebook y Twitter muchas personas se escudan cobardemente en el anonimato ya que muchas veces no ponen su nombre real ni menos su foto y se dedican a insultar y escribir comentarios racistas a diestra y siniestra.

He visto también que algunos comentarios insultantes y racistas en los portales de los medios de comunicación a vista y paciencia de los administradores de esos portales Web, quienes deberían moderar esos comentarios.

Esto ocurre porque sencillamente es más fácil insultar que pensar, razonar, reflexionar o sustentar una idea por escrito. Muchas veces nos quejamos de nuestros políticos, pero también hay electores que tienen un nivel intelectual y de decencia muy bajo.

Asimismo, muchos comentarios en la red muestran un nivel peligroso de intolerancia. Primero hay que entender que no todos pensamos igual, nuestras experiencias de vida son diferentes y esto puede enriquecer un debate. La incapacidad de muchas personas de no comprender al otro hace que reaccionen con el hígado y no toleren un pensamiento o accionar diferente al suyo.

En nuestro país el odio al que tiene más, el desprecio al que tiene menos son moneda de cada día. La mirada despectiva o humillante de un grupo social al otro ocurre en los centros comerciales, en los restaurantes, discotecas, en los buses y hasta en nuestras casas. Síntomas, como ya dije en otra entrada de este blog de que somos una sociedad enferma.

El carga montón que le han hecho a Mario Vargas Llosa por sus declaraciones es una muestra del nivel de intolerancia tan alto que nuestra sociedad peruana ha llegado. Hasta el Cardenal le ha dicho: “No diga a los peruanos por quién votar” y “hay que ser un poquito más serios y no simplificar la verdad”. Lo curioso que semanas antes este mismo personaje dijo de MVLL: “Es un hombre que predica la libertad, la democracia y predica con un espíritu valiente y abierto”

De acá a unos días aparecerán artistas, intelectuales, deportistas y otros personajes públicos que apoyarán a uno u otro candidato a la presidencia del Perú. Hay que respetar sus opiniones y convicciones.

Estoy harto de recibir correos y mensajes en contra de un candidato o candidata. Lo peor que ni siquiera están bien sustentados y tan solo se basan en conjeturas que fácilmente pueden ser rebatidas razonablemente. En vez de ello deberían enviar mensajes a favor de su candidato, exponer y sustentar algunas de esas propuestas. Pero claro, lo más fácil es denigrar al otro.

Se supone que la gente que usa Internet y está en las redes sociales han ido al colegio y muchos han pasado por la universidad. Por ello, es de esperar que esas personas sean educadas y, por esa condición, deberían dar mensajes serenos, mesurados, cultos, llenos de argumentos debidamente sustentados y razonables en contra o a favor de una propuesta.

La tolerancia, que es el respeto a las ideas y creencias de otras personas diferentes y contrarias a la nuestra, es una tarea pendiente en el Perú. Recordemos que nuestra constitución valora y defiende la libertad de pensamiento no la del insulto.

sábado, 16 de abril de 2011

Reflexiones después de las elecciones Perú 2011: parte II

Muchos se preguntan ahora ¿quién podrá salvarnos? La pregunta nos es quién sino quiénes. En realidad son dos preguntas, la otra es ¿cuándo?

Digo quienes ya que una sola persona no puede hacer lo necesario para mejorar nuestro país. Los hechos históricos de nuestra patria nos han demostrado que los caudillos y otros pseudo líderes han hecho mucho daño. Necesitamos un número suficiente (masa crítica) de políticos y funcionarios públicos competentes, decentes e inteligentes que estén en los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.

De acuerdo con Wikipedia:

En física, la masa crítica es la cantidad mínima de material necesaria para que se mantenga una reacción nuclear en cadena. La masa crítica de una sustancia fisible depende de sus propiedades físicas (en particular su densidad) y nucleares (su enriquecimiento y sección eficaz de fisión), su geometría (su forma) y su pureza, además de si está rodeada o no por un reflector de neutrones. Al rodear a un material fisible por un reflector de neutrones la masa crítica resulta menor. En el caso de una esfera rodeada por un reflector de neutrones, la masa crítica es de unos cincuenta y dos kilogramos para el uranio 235 y de diez kilogramos para el plutonio 239.

En nuestro país aún no llegamos a esa “masa crítica” de políticos y funcionarios públicos. Ni siquiera los estamos formando sea en las universidades o en la sociedad.

A lo antes dicho debemos reconocer que nuestra sociedad es una sociedad enferma. ¿No me cree? Estos son algunos de los síntomas: desorden, caos, conflicto, desconfianza, inestabilidad del sistema democrático, delincuencia, corrupción, falta de compromiso social, gran brecha entre ricos y pobres, injusticia, intolerancia, maltrato, racismo, fanatismo, falta de escrúpulos, indiferencia, impunidad, desmotivación, desmoralización, ilegalidad, informalidad, baja autoestima, etc.

No sólo la sociedad peruana está enferma, también todas las sociedades de los otros países, en mayor o menor medida, incluyendo a los llamados del primer mundo.

Podemos comprobar que desde el sector socioeconómico A hasta el E sufre de muchos de los síntomas antes mencionados. El dueño de la lustrosa 4x4 hasta el chofer al combi más destartalada cuando no hay policía se pasan la luz roja, te cierran, no respetan al peatón, van contra el tráfico, etc.

Entonces en vez de lamentarnos por el resultado de las elecciones, debemos reflexionar y actuar. Tenemos dos tareas pendientes como sociedad: curarnos y crear esa “masa crítica” de políticos y funcionarios públicos competentes, decentes e inteligentes para no volver a enfermarnos.

Aquí la universidad peruana tiene un rol importante que cumplir, una gran tarea y responsabilidad. Es la primera que tiene que curarse y crear al mismo tiempo su “masa crítica”, de lo contrario que Dios nos coja confesados.