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viernes, 31 de julio de 2009

Deserción universitaria

En San Marcos al Día del 15 al 28/6/2009 hay un artículo dedicado a la deserción universitaria en la UNMSM donde se señala que la causa principal es el problema económico (44%), seguido por la falta de vocación profesional a la carrera (31%). Un menor porcentaje señala que no se ha cubierto las expectativas en la formación (15%) y otro el bajo rendimiento académico (8%).

Estos datos son los resultados de una encuesta realizada a los alumnos. Otra encuesta realizada a los docentes señala que el 73% de ellos opina que el motivo económico es la principal causa de deserción estudiantil y un 40% señala que se debe a la mala elección de la carrera.

El artículo redactado por Graciela Ramírez Ramírez indica que para revertir esto los alumnos opinan mayoritariamente que debe ocurrir un cambio institucional. Los docentes en cambio opinan por mejorar los métodos y estrategias de estudio, así como la implementación de cursos de orientación vocacional de las carreras.

A esto habría que adicionar los problemas en salud. Según mi experiencia docente, entre un 5 a 15 % de los alumnos presenta algún tipo de enfermedad limitante que no le permite asistir a las clases regularmente ni menos estudiar adecuadamente. A esto habría que sumar la mala alimentación, no sólo durante sus estudios universitarios, sino desde que eran niños. Hay un número pequeño de alumnos que trabaja y estudia al mismo tiempo.


Es sabido que la desnutrición infantil en niños menores a 5 años es desastroso para su futuro, ya que no es recuperable. Esto les causa incapacidades tanto físicas como mentales a los niños. Si cerca del 24 % de los niños peruanos (uno de cuatro) sufren de desnutrición en esta etapa de su vida y si por alguna razón de gran esfuerzo algunos de ellos logran ingresar a la universidad, no van a poder el ritmo de 5 años de estudios universitarios.

Según cálculos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el año 2005 el Perú perdió S/.7 882 millones por efecto de la desnutrición infantil, cifra equivalente al 3% del PBI. Al año 2011 se proyecta reducir la desnutrición crónica infantil al 16 % en las zonas rurales donde es mucho mayor que en las urbanas.


Es cierto que casi todos los alumnos no tienen claro cuál es la actividad profesional que desempeñaran de la carrera que están estudiando. Salvo en medicina, derecho y otras, los postulantes no saben la labor de muchos profesionales, tan sólo la intuyen. En esto falta que cada facultad brinde información adecuada de las carreras profesionales que ofrecen, apoyada los por colegios profesionales.


En el caso de las carreras de ciencias, que son muy costosas, es muy importante saber si los alumnos tienen la vocación, si están sanos y bien nutridos, si sus padres tienen dinero para mantenerlos y comprarles libros y otros bienes. Si estos alumnos abandonan sus estudios universitarios a los dos años, se habrá perdido no sólo dinero sino el tiempo dedicado por los docentes.


Hay que apoyar este tipo de encuestas y estudios sobre la deserción estudiantil universitaria ya que no san luces sobre sus causas y nos ayudan a idear soluciones a este grave problema.

domingo, 17 de agosto de 2008

Las pérdidas debido a la deserción universitaria

Durante mis años de docente he visto las caritas de muchos ingresantes que con toda la ilusión del mundo comienzan sus estudios universitarios. Lamentablemente, años tras año veo que el número de estos alumnos disminuye dramáticamente. A este fenómeno se le llama deserción universitaria.

Las causas del abandono en los estudios universitarios son variadas, pero según mi experiencia puedo decir que son: problemas económicos, vocación equivocada, falta de aptitudes y actitudes para los estudios universitarios y problemas de salud.

He visto que ningún estudio analiza el aspecto de salud, algo que cualquier docente medianamente enterado conoce muy bien. Esto porque los alumnos que faltan a las clases deben justificar su inasistencia. Allí ellos declaran que faltaron porque tenían que ir al médico, ya que sufrían de alguna enfermedad (ajuntan la documentación sustentatoria) o tuvieron que trabajar (las dos razones más comunes).

En el año 2002 observé que cerca del 15% de mis alumnos sufría enfermedades que les imposibilitaban aprobar los cursos. La cifra es muy alta como para pasar desapercibida. De estas enfermedades algunas son muy graves y no permitían que la persona trabaje o estudie. Este primer semestre del año 2008, el porcentaje de alumnos enfermos, en mi curso, fue cercano al 20%.

Según la revista Caretas (14 de agosto de 2008, Nº 2040, pg 33) en el año 2008 ingresaron a la universidad 142,461 estudiantes y cerca del 36 % de los alumnos no se gradúan. Además, referencia a un estudio particular que unos 1,6 millones de jóvenes (17 a 24 años) que siguen algún tipo de estudios. Según el portal de Logros
http://www.logros.edu.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=775&Itemid=105 "Entre 40 y 50 mil jóvenes abandonan sus estudios universitarios cada año, lo que representa no menos de cien millones de dólares desperdiciados por los padres de familia, con la consecuente frustración que ello representa para ellos mismos y sus hijos. De estos, el 70% corresponde a estudiantes de universidades privadas, y la diferencia de 30% a universidades estatales."

En el caso de las carreras de ciencias en universidades nacionales el porcentaje de alumnos que desertan es más alto, un 50 % es una cifra conservadora. Y mucho menos son los alumnos que se titulan.
La pérdida económica no sólo es del padre de familia, sino también de la universidad (el Estado). Imagine usted: 100 ingresantes a ciencias, quienes durante los primeres años llevan cursos de laboratorio (química física biología) que son caros. De ellos sólo egresarán 50. La universidad invirtió reactivos, equipos, profesores, etc. en 50 alumnos que desertaron.

Por otro lado, muchos alumnos no tienen las aptitudes y actitudes para los estudios de universitarios. Ellos continuamente desaprueban sus cursos y claro, cada curso desaprobado causa una frustración. Para evitar ello se requiere que el alumno realice una prueba vocacional completa y eficaz antes de ingresar a la universidad.

La pregunta obvia es ¿qué hacer? Pues como las causas son varias y complejas, las soluciones también lo son. Un parte corresponde al Estado (los estudios escolares, la salud, alimentación, etc.), otra a la propia universidad (procesos de admisión, servicios universitarios de apoyo al estudiante, etc.) y finalmente depende de los mismos alumnos y sus familias.