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domingo, 20 de enero de 2013

¿Quiénes son limeños?


En estos días mucha gente ha expresado sus ideas sobre quiénes son los limeños. Me enteré para mi estupor que hay limeños verdaderos y limeños falsos.

Cierta gente, sin sustentar  lo que dice, expresa especialmente en las redes sociales que hay limeños verdaderos y falsos. Bueno, por definición si una persona nace en Lima, no hay duda alguna que es limeño, ¿no va a ser un trujillano o puneño?, ni menos un falso limeño.

Los que erróneamente consideran que hay limeños verdaderos arguyen que éstos son los que tienen antepasados limeños, es decir provienen de varias generaciones que han nacido y vivido en Lima. La pregunta lógica sería ¿cuántas generaciones deben tener una familia para ser considerada limeña? ¿3, 4, 10 generaciones? La respuesta seguro sería debatible y absurda al igual que lo es la pregunta.

Se menciona mucho la palabra alcurnia y linaje que según el RAE significan:
alcurnia.
(Del ár. hisp. alkúnya, y este del ár. clás. kunyah).
1. f. Ascendencia, linaje, especialmente el noble.
linaje.
(Del prov. linhatge o cat. llinyatge).
1. m. Ascendencia o descendencia de cualquier familia.
2. m. Clase o condición de una cosa.
3. m. pl. Vecinos nobles reconocidos por tales e incorporados en el cuerpo de la nobleza.
~ humano.
1. m. Conjunto de todos los descendientes de Adán.

Hay personas que arguyen ser limeños verdaderos ya que son descendientes de limeños de alcurnia o más rimbombantemente de alta alcurnia. Insisten que ellos son los verdaderos limeños.  Pero el que sean descendiente de baja o alta alcurnia muchas veces no necesariamente te hace diferente, ni mejor o peor comparado con los otros “simples mortales”.

Una persona no puede sentirse orgulloso o “superior ante los otros” solo por su linaje o apellido si esa persona es un miserable. Es más si  analizamos históricamente los apellidos supuestamente de alta o baja alcurnia, de los que dicen ser los verdaderos limeños, comprobaremos que muchos de ellos, salvo excepciones,  han tenido antepasados despreciables, gobernando despóticamente, auspiciando golpes de estado o conspirando contra algún gobierno constitucional. Unos se han beneficiado manteniendo la esclavitud, otros se enriquecieron de los famosos bonos o empréstitos del siglo XIX, están aquellos se que hicieron fortuna por la explotación de personas y por las famosas concesiones  en el guano de islas, el salitre, el caucho, etc.       

También se asume, erróneamente, que solo los limeños ricos son los verdaderos, pero la ciudadanía no se compra con dinero. Tengo que aclarar que el ser rico no es malo. Solo en sociedades acomplejadas el tener dinero es percibido como algo despreciable y vergonzoso.  Además, los nuevos ricos son tan valiosos como los antiguos ricos, salvo el caso que sus riquezas sea producto de robos, desfalcos, corrupción y otros delitos. Si el dinero obtenido por estas personas es fruto de trabajo, pues bienvenidos sean, debemos premiarlos, reconocerlos y que sirvan  ejemplo ante la sociedad.  Necesitamos en Lima más nuevos ricos.

El conflicto entre los que se pelean, exclaman airadamente  que son los verdaderos limeños y desprecian a los otros,  creo yo surge debido a la intolerancia, discriminación y necedad de algunas personas. Estas personas acomplejadas sienten una agresión territorial y en respuesta emiten una serie de improperios despectivos muchas veces con carga racista.

La intolerancia y necedad  son defectos de muchas sociedades y nosotros lo comprobamos a diario. Cada sociedad tiene sus costumbres, su música, su arte, etc. Cuando dos individuos de sociedades diferentes se encuentran ocurre un choque y dependerá del grado de tolerancia e inteligencia entre ambas partes para que la convivencia sea llevadera.

La discriminación puede ser frontal o solapada. Esto se percibe en todo Lima y  ejemplos hay varios. La discoteca exclusiva que no permite el paso a ciertas personas con rasgos provincianos, las televisoras peruanas que escogen relatores, conductores y personas que aparecen en los comerciales que en nada se parecen en lo físico al promedio peruano, ni siquiera al limeño típico, las declaraciones desatinadas de gente de la farándula, los comentarios del taxista o los que uno puede escuchar en el metropolitano.

Lo de ser prejuicioso y racista, que es más que nada producto de la ignorancia y del temor de la gente ante la presencia de otro ser humano diferente,  no es exclusivo de Lima, ocurre en todas partes con menor a mayor intensidad. Es más bien un problema del ser humano.   

Y a todo esto ¿qué es ser limeño? Para mi es el que nació en Lima. Si hay que clasificar a los limeños estos serían: los que aman Lima, los que son indiferentes y los que odian esta ciudad.  Si amas Lima eres solidario con tus vecinos y hospitalario con los visitantes, no ensucias Lima ni haces ruido que molestas a tus vecinos, respetas las normas de tránsito, vas regularmente a los museos, sabes el porqué del nombre de las calles y avenidas, visitas los sitios históricos de Lima, conoces la historia de Lima y a sus personas históricos, recorres las exposiciones artísticas, conoces los mejores sitios para comer o divertirte, en fin, cuidas los bienes públicos. Los que aman Lima pueden ser pobres o ricos, pueden tener apellidos rimbombantes o no, pueden tener rasgos costeños, de la sierra, de la selva o extranjeros, pero todos ellos respetan y cuidan a Lima y lo que es más, se respetan y cuidan entre ellos.