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domingo, 16 de septiembre de 2012

Es el mantenimiento, estúpido. Dicho más políticamente: preocúpate por el mantenimiento


En una de mis vacaciones que pasé en Lima cuando hacia el doctorado en España, a finales de los años 90, el entonces decano de la Facultad de Química e Ingeniería Química de la UNMSM, Ing. Wilber Gil Benites†),  me convocó a su despacho y preguntó  ¿cuál era el mejor equipo de cromatografía que se puede comprar? Yo le respondí, sabiendo que en nuestro país el dinero escasea, que cuando se compra un equipo para el laboratorio es casi lo mismo que comprarse un vehículo. Si me compro el mejor, que no siempre es el más caro, pero si es costoso, debo de pensar también en los costos del mantenimiento. Entonces tengo que tener en mi presupuesto no solo el monto de dinero necesario para la compra, sino que también el dinero para el mantenimiento periódico durante toda la vida útil del equipo.

Entonces toda persona en su sano juicio tiene por sentado que si compra o construye un bien, pues hay que destinar un dinero para su mantenimiento. Si me compro una PC pues tengo que tener dinero para los programas antivirus, para el servicio de limpieza y cambio de partes periódicos. Pero parece que nuestros políticos, alcaldes, presidentes regionales, ministros, entre otros, no piensan en ello. Por ejemplo, en nuestras universidades nacionales se compran equipos muy costosos, pero como no se les brinda el mantenimiento requerido se malogran ya que no hay dinero destinado para su mantenimiento, ni menos para su reparación. Nuestras fuerzas armadas tienen aviones, helicópteros, barcos y diversas armas, pero luego de un tiempo se malogran y si no se las repara a tiempo se estropean definitivamente   

Mucha gente, bueno en realidad no tanta, se compra un vehículo pero no se da cuenta de los costos de mantenimiento. En los modelos más caros se tiene que pagar más por el servicio de mantenimiento, además, los repuestos también tiene precios más altos. Por ejemplo, en ciertos vehículos el costo de reparación de una luna lateral puede costar mil dólares.  

Alguien debería decir a nuestros alcaldes que las carreteras, puentes y semáforos se malogran porque no le dan el mantenimiento requerido. Casi siempre veo una nueva pista inaugurada por cierto alcalde figuretti, la pista esta reluciente, huele a asfalto, las líneas blancas y amarillas recién pintadas  lucen preciosas y el semáforo amarillo reluce. A las pocas semanas, ya casi no se notan las líneas blancas ni las amarillas, el olor a asfalto ha sido reemplazado por el olor a basura, el semáforo luce propaganda política, de venta de gas o está el número telefónico de algún brujo local. En el transcurso de pocos años aparecen rajaduras y posteriormente los insufribles baches. Una década después lo que antes era una pista nueva se convierte en terrenal con numerosos baches donde se observan tierra con partes pequeñas de asfalto, signo de que en un tiempo pasado era una pista.    

Hay que tener cuidado con nuestros puentes, no son muchos y son muy utilizados a veces por irresponsables choferes que llevan un carga muy pesada o conducen vehículos muy altos que chocan contra el puente y malogran su estructura. No veo que exista un programa nacional de monitoreo y mantenimiento de los puentes en el Perú. Se los construye, las autoridades se toman la foto y eso es todo, se olvidan de lo más importante: darle un mantenimiento periódico.    

He visto que lo mismo pasa con los patrulleros que se compra, vía el Ministerio del Interior, unas empresas o la comunidad. A los pocos días los patrulleros están relucientes, pero en el transcurso de meses sufren una transformación radical. El motor empieza a fallar, las llantas lucen deplorables, la carrocería está en malas condiciones, los asientos y el interior lucen mal, en fin, luego de un tiempo “canibalizan” unos vehículos para hacer funcionar otros porque “no hay presupuesto para el mantenimiento”.     


Los mismo pasa cuando se construye un hospital, escuela o cualquier otra obra. Al inicio todo luce bien, pero con el transcurso de de los meses, los servicios higiénicos se malogran, las tuberías de agua gotean, la fachada luce sucia, el servicio eléctrico falla, las ventanas no funcionan, el ascensor se malogra casi siempre, etc. Uno pregunta cuánto costó esta obra te responden unos cuantos millones de soles y si luego preguntas y cuánto dinero destinan al mantenimiento: silencio total.      

Es ya conocido desde hace tiempo que la reparación de un equipo o vehículo sale más costosa que el mantenimiento periódico. Pero, por cierta razón que desconozco,  en nuestro país se prefiere comprar un equipo, darle un uso sin mantenimiento hasta que se malogre y luego, como si fuéramos ricos, se piense en comprar otro. O es que hay una tara mental o es que hay intereses mezquinos por hacer compras más que mantenimientos. Lo que sucede, en muchos casos, es que cuando se hacen las compras estas no son muy transparentes que digamos.

La próxima vez que un alto funcionario del estado o del municipio, alcalde, ministro o presidente pregunté porqué no funciona cierto vehículo, equipo o por qué una carretera está en malas condiciones, pues hay que responderle: es el mantenimiento, estúpido. Si lo quiere decir más políticamente diga: es que usted como autoridad no ha destinado el dinero necesario para el mantenimiento.  

Nota: El titulo de esta entrada tiene su origen en la frase "es la economía, estúpido." Ver para más detalles el link:
 http://es.wikipedia.org/wiki/Es_la_econom%C3%ADa,_est%C3%BApido