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sábado, 23 de junio de 2012

“Orientaciones Industriales. Necesidad de crear un Instituto de Investigación en el Perú” del Dr. Carlos J. Rospigliosi Vigil. Parte I.



Continuamente uno tiene ideas y pensamientos importantes e innovadores, pero al consultar libros y revistas se da cuenta que ya otras personas se adelantaron. En la actualidad los peruanos nos quejamos del sistema educativo, tanto de los colegios como de las universidades. Si usted lee a Basadre o José Carlos Mariátegui notará que ellos describen una crisis universitaria durante sus estudios universitarios y pasa lo mismo con otros historiadores y pensadores.  Da la impresión que la universidad peruana siempre ha estado en crisis. Por eso que al encontrar en una feria del libro usado en la UNMSM el libro “Orientaciones Industriales Necesidad de crear un Instituto de Investigación en el Perú”   del Dr. Carlos J. Rospigliosi Vigil ¡del año 1917! me sorprendí e inmediatamente lo compré.

Carlos  Julio  Rospigliosi Vigil (5 octubre 1879 - 16 noviembre 1938) estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde obtuvo el grado de bachiller en medicina en 1902 y dos años después prestó juramento para ejercer de médico cirujano. En 1904 se graduó como bachiller en Ciencias Naturales. El Castillo Rospigliosi es una de sus obras más conocidas, el libro "La crisis universitaria en el Perú" escrito en 1935 es famoso,  pero también es recordado porqué fue él quien ideo, propuso y fue el primer director del Museo de Historia Natural. En el link  http://museodehistorianatural-unmsm.blogspot.com/p/el-museo-de-historia-natural.html se puede lee:

El Museo de Historia Natural fue fundado el 28 de febrero de 1918 en sesión extraordinaria de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la cual estuvo presidida por el Dr. Enrique Guzmán y Valle, y que contó con la presencia del rector de la universidad, el Dr.Javier Prado, y del promotor principal, el Dr. Carlos Rospigliosi Vigil. En la sesión se reconoció la destacada labor emprendida un año antes por el Dr. Carlos Rospigliosi para gestionar y promover la creación de un museo de historia natural de Lima, por lo que se le nombró "Director y Fundador del Museo de Historia Natural".

Rospigliosi fue docente en la UNMSM y llego a ser rector provisional (1932-1935) nombrado por entonces Presidente de la República Sánchez Cerro. En el 1917 realizó un discurso memorable, fue el discurso académico “Orientaciones Industriales. Necesidad de crear un Instituto de Investigación en el Perú” pronunciado en la sesión de apertura del año universitario. Es de resaltar que en esos años la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos tenía un gran vínculo con los poderes del estado peruano, por ello es que a ese evento acudían las más altas autoridades, desde Ministros hasta el Presidente de la República.  Dicho discurso fue muy comentado por los diarios de esa época como El Comercio, La Prensa, El Perú, El Tiempo, La Crónica y hasta mereció un editorial en el diario chileno La Opinión.

Hay algunas frases que me gustaría señalar y comentar de ese discurso, que lamentablemente, tiene actualidad, en otras palabras, no hemos avanzado mucho desde 1917.  Rospigliosi señala: “Satisfechos de vivir en un pasajero bienestar, hemos cambiado únicamente de proveedor, y seguimos recibiendo los artículos manufacturados y las materias primas para nuestras pocas industrias, pagándolas a los subidos precios que nos imponen, convirtiéndonos así en humildes tributarios”.   Más adelante dice: “No ha habido, pues, orientación definida en lo que se refiere a la  resolución de los problemas nacionales, todas las iniciativas saludables no significan más que esfuerzos aislados, dispersos, que se han anulado y que han resultado ineficaces por su múltiples direcciones. Es palpable la necesidad imperiosa de unificar las energías nacionales, concentrando todos aquellos esfuerzos diseminados, cultivándolos, estimulándolos e imprimiéndoles rumbos en un sentido   determinado; porque de otro modo no se puede hacer labor útil y provechosa”.  

Lo que señala Rospigliosi es que nunca ha habido una política del estado peruano para primero entender nuestros problemas, si menos hecho esfuerzos por resolver esos problemas. Tampoco se ha hecho gran esfuerzo  por conocer nuestros recursos naturales y no se ha hecho nada por aprovecharlos de la mejor manera para nuestro beneficio.

Rospigliosi da un consejo: “Entre tanto podemos decir que es necesario para contrarrestar futuros peligrosos, que el Perú se prepare científicamente para explotar sus inagotables riquezas, donde encontrará la base segura de su futuro engrandecimiento y de su independencia comercial. Un país no se hace industrial sin una preparación. Para que esto se realice, es necesario que los poderes públicos, La Universidad, y los particulares se solidaricen en la acción, cooperando todos a realizar este fin de trascendental importancia para el provenir de nuestra patria.

Yo me pregunto ¿qué tanto hemos hecho los peruanos para explotar nuestras riquezas científicamente? ¿Cómo ha sido la educación de los peruanos, en especial la universitaria, para tener un país industrialmente grande? Lamentablemente no hemos tenido gobernantes comprometidos con la industrialización de nuestro país. Más adelante Rospigliosi se pregunta ¿Pero qué esfuerzos se han hecho para conocer las riquezas naturales que poseemos en nuestro territorio?

A continuación cita las exploraciones científicas realizadas por extranjeros y luego las pocas nacionales. Dentro de los expediciones científicas españoles cita a los estudios botánicos de Pedro de Osma Xara y Cejo que empezó en 1568 y terminó 20 años después, a José de Acosta (1572-1586), Bernabé Cobo (1596 a 1653), Antonio de Ulloa (1772), Hipólito Ruiz, José Pavón y José Dombey quienes por 1777 formaron parte de una expedición botánica, Luis Nee (1790) francés nacionalizado español quien formó parte de la comisión Malaspina, Antonio Ramírez de Pineda también formó parte de la expedición Malaspina,  Francisco Antonio Cosme Bueno y Alegre quien llegó al Perú en 1730 y publicó su obra  Descripción del Perú  que empezó a preparar en 1741 por encargo del virrey Marqués de Villagarcía, Asimismo, Cosme es conocido que fue nombrado cosmógrafo mayor del Perú y director (desde 1757 hasta 1798) de la famosa publicación anual “El conocimiento de los Tiempos”,  Marcos Jiménez de la Espada quien participó en la Comisión Científica del Pacífico realizada entre 1862 y 1865 por España después de perder sus colonias.

Las expediciones científicas alemanas que cita Rospigliosi son: Alexander von Humboldt (1802),  F. J. Meyen quien entre 1830 a 1832 realizó una expedición a Sudamérica,Eduardo Poepig (1827-1893), Ernst W. Middenforf  (1885- 1888), Riese, Stubel y Max Uhle éste último arribó a Lima primero en 1895 y regresó en 1940, Gustavo Steinmann de la Universidad de Bonn (1908), Guillermo Sievers, Weberbauer y finaliza con Ernesto von Bibra.  

Pero las expediciones científicas también fueron de austriacos como Juan Diego Tschudi, Tadeo Haenck. Ingleses: Anatonio Zacarias Helms, Clemente Roberto Markham, Carlos Roberto Darwin, y Enrique Walterio Bates. Americanos: J. Dana, Adolfo  Bandelier, Guillermo Bollaert, Jorge Squier, James Orton, Carlos Wilkes y  Hiram Bingham. Franceses:  José Dombey, Amadeo Francisco Frezier, Luis Feuillée, Carlos María de la Condamine, José de Jussieu, Alcides D’Orbigny, Conde Francisco de Castelnau, Carlos Wiener, L. Angrand y  Crequi de Montford y Senechal. Italianos: Cayetano Osculatti, el famoso Antonio Raimondi y Nicolás Esposco.   

Rospigliosi cita también a los peruanos que han hecho trabajos meritorios para conocer nuestros recursos y cita a: Blas Valera, Garcilazo de la Vega, Hipólito Unanue, Llano Zapata, Mariano E. Rivero, Nicolás de Piérola, José Sebastián Barranca y Julio C. Tello.

Párrafos más adelante Rospigliosi cita algo obvio: “De lo expuesto podemos deducir que en el Perú hasta la fecha no se han hecho verdaderas exploraciones científicas con comisiones debidamente organizadas que estudiaran simultáneamente una región; por lo que no hemos podido conocer en toda su amplitud la verdadera riqueza de los tres reinos en nuestro suelo. Si hubiéramos tenido una orientación definida y única, habríamos logrado esa finalidad, y hoy día palparíamos la enorme ventaja que nos reportaría el conocimiento completo de nuestro territorio, practicado sistemáticamente, y así podríamos apreciar la real y efectiva riqueza del Perú.”

Esto lo que para Rospigliosi era y los científicos peruanos es obvio, no lo es para nuestros “queridos” gobernantes que insisten en realizar acciones populistas de corto plazo, pero que nunca se han atrevido a pensar en gobernar a largo plazo, ni menos en crear las condiciones para que la ciencia, tecnología e innovación ayuden a explotar mejor nuestros recursos naturales.

Desde que tengo uso de razón la única expedición científica peruana que conozco es la realizada periódicamente a la Antártida iniciada en 1988 y la última fue la del año pasado (2011).  Después no he conocido otra. Pero también pueden realizarse expediciones científicas a ciertas zonas amazónicas, de la sierra y costa peruana. Sin embargo, también el gobierno debería potenciar los institutos de investigación que en la actualidad según el CONCYTEC, aparte de las que existen en algunas universidades peruanas,  son:
Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial, Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, Instituto del Mar del Perú, Instituto Geofísico del Perú, Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, Instituto Nacional de Innovación Agraria, Instituto Nacional de Investigación y Capacitación en Telecomunicaciones, Instituto Nacional de Salud, Instituto Nacional de Salud del Niño, Instituto Nacional de Salud Mental, Instituto Peruano de Energía Nuclear, Instituto Tecnológico Pesquero, Instituto Geológico Minero y Metalúrgico y  el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú.

Si bien es cierto que está bien que estos institutos existan, pero lo que está mal es que exista muchas veces trabajos repetidos por la falta de una comunicación efectiva entre ellos, tampoco se intercambian investigadores ni menos se prestan servicios ni ayudas entre ellos, además el estado nunca ha financiado las investigaciones de manera generosa, siempre está mezquinando el dinero a los investigadores. Para colmo no existe un ente que unifique ni que dicte una política única de investigaciones ni de las prioridades en las investigaciones peruanas. El CONCYTEC nunca lo hizo de manera efectiva. Cuando el estado destina dinero a estos institutos entre el 70 y 80 % se va para pagar a trabajadores administrativos y servicios, el restante efectivamente sirven para financiar investigaciones. Por otro lado, el número de  investigadores es exageradamente reducido si lo comparamos con el número de trabajadores administrativos. 
   
En realidad a los gobernantes peruanos nunca les ha importado la investigación científica ni la tecnológica, ni mucho menos la innovación. Pero si hablan de ella (las contadas veces que hablan sobre ciencia) como si supieran, pero nunca toman una acción concreta. Adolecemos de una clase política educada, ilustrada, erudita y que también sea honrada; nunca en nuestra historia republicana la hemos tenido. Unos eran ilustrados, pero no honrados. Otros eran honrados, pero no ilustrados.

De alguna manera los partidos políticos tienen que madurar, eliminar de sus filas a los “comeoro”, “comoepollo”, “robacable”, violadores y demás engendros. Tienen que formar líderes educados y honrados. No deben aceptar a gente que pone mucho dinero para la campaña y ya es congresista o ministro. Los meritos académicos son burlados, hay congresistas y ministros con grados de maestría y doctorado, pero bambas, mienten en sus hojas de vida. Necesitamos gente con  valores y educada, de lo contrario bien podríamos repetir el discurso del  Dr. Carlos J. Rospigliosi Vigil  el año 2017 y  será vigente ¡aun cuando hayan pasado 100 años!