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martes, 9 de octubre de 2007

Academias preuniversitarias

Cuando estuve en 4 año de secudaria, decidí comenzar a prepararme para poder postular a la Universidad. En ese entonces, hablamos de los años 1979, en el Peru ocurría una transición en el gobierno, los militares al mando de Morales Bermudez, cedieron el poder de tal modo que la democria se instaló en el Perú. Recuerdo mucho los discursos de los politicos, muy especialmente el de Luis Bedoya Reyes.

La academia a la cual ingresé fue Bertrand Russel, una institución fuera de serie. Tenía excelentes profesores y el director, muy estricto él, pero también muy responsable por la calidad de la enseñanza. En el año 1979 esta academia estaba situada cerca de la Plaza Bologniesi. Me dictaron cursos de matemática, física, química y biología para quinto año, aunque el nivel era casi universitario. Los resultados de los exámenes fueron muy malos para mi. Sali reprobado en algunos cursos y fue totalmente chocante. Nunca antes me había reprobado un curso en el colegio y, en este academia, se habían "atrevido a jalarme". Sin embargo, me sirvió ya que el quinto de año de secundaria, fue casi un paseo para mi y pude disfrutar la vida estudiantil. Sentir la snsación que uno está en quinto año, su último año de educación, y ser el mejor alumno del colegio es grandioso.

La vida a uno lo golpea y en ámbito académico duele mucho más. Luego de salir numero uno del colegio, postulé a la Universidad Peruana Cayetano Heredia, donde en un consurso para primeros puestos quedé fuera. Luego postulé a la misma universidad, pero ahora como alumno "común y silvestre", igual no ingresé.

Cuando estaba en quinto año me inscribí en la Academia César Vallejo donde tenían buenos profesores, quienes tenían tendencia de izquuierda. Allí conocí personas que estaban postulando ya como tres veces y no ingresaban. En el verano de 1980 me preparé en la Academia Sigma, cuyo local estaba en Nicolás de Piérola (Colmena) con la finalidad de ingresar a la UNI. Meses después, postule a la UNI y no ingresé.

Realmente la vida preuniversitaria es jodida. Uno siente una gran presión por parte de los amigos y familiares, y cómo no, por uno mismo. Si uno no ingresa a la primera, lleva una carga y el estres es abrumador. Yo me preguntaba, si soy el numero uno de mi colegio, ¡cómo no puedo ingresar!

Los meses siguientes me la pase estudiando en mi casa. Mi horario era de 6:00 am a 8:00 am. Luego desayuno, 30 minutos, y seguir estudiando hasta las 13:00. Almuerzo y seguir resolviendo problemas. Comer y más problemas. Asi por 4 ó 5 meses. Luego, la UNMSM publicó el cronograma del examen de admisión 1981, por agosto creo yo. Mi intención inicial era postular a química a la UNI, pero como también había química en San Marcos, decidí postular "sólo para prepararme para el examen de la UNI". Después, ya nadie me sacaría de San Marcos. Recuerdo haber dado el examen de ingreso calmadamente. Al día siguiente o días siguientes, compré el diario donde salía la relación de ingresantes. Figuraba como número 19 en la relación de ingresantes. En ese momento no me ilusioné mucho, me alegré pero no tanto. La verdad, más me alegré cuando un amigo del Colegio, Fernando, ingresó a historia en San Marcos. Pero bueno, ya estaba en la UNIVERSIDAD.

Años después, descubrí que el destino me habia llevado al lugar correcto para seguir la carrera de química, en San Marcos, y no en la Cayetano o la UNI, donde, paradójicamente, años después me desempeñé como profesor en ambas universidades. En ambas no ingresé como alumno, pero si como profesor.

A los jovenes preunivesitarios les digo que si ya han decido que carrera estudiar, averiguense primero que universidades lo dictan y vayan, visiten la facultad o escuela profesional. Vean las aulas, el auditorio, la biblioteca y los laboratorios. Pregunten a los alumnos si están contentos con los ambientes. cómo son los trámites administrativos y el trato universitario. Pregunten por los profesores y luego busquen sus nombres en los buscadores de internet como google. Tienen que hacer lo mismo que cuando uno busca una casa, ver las instalaciones, preguntar a los vecinos que tal es el vecindario, si es tranquilo el barrio, etc. Ahora hay muchas universidades que tienen un nivel académico muy pobre y, en realidad, hacen perder el tiempo y dinero.