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sábado, 26 de marzo de 2016

Guía para los votantes noveles, indecisos, no sabe no opina y otros


Seguro que al amable lector percibe que estas elecciones son un arroz con mango y que los políticos están hasta las caiguas. Por otro lado, el Jurado Nacional de Elecciones tiene más participación que los partidos políticos que es como si el árbitro de un partido de fútbol tuviera más protagonismo que los jugadores. Ya se imaginan que toda la familia de ese árbitro será recordada cariñosamente por los espectadores y futbolistas.   Más aun si esta es una campaña de injurias, escándalos y polémicas intrascendentes más que de propuestas y discusiones serias. Es más, aunque usted no lo crea, nunca en el Perú ha existido una campaña política con propuestas y discusiones serias.

Este post no pretende inducir por quién votar  en estas elecciones peruanas del 10 de abril,  sino más bien aconsejar lúdicamente al lector que está desorientado o más perdido que huevo en ceviche.

Paso 1. Si usted es que aquellas personas emotivas que vota más con el corazón que la razón, pues sin más, vote por el que le de la reverenda gana. No necesita seguir leyendo, ya que seguro tiene su voto definido y ni Macuito le hará cambiar de opinión. Voto duro le llaman. 

Paso 2. Una opción relativamente sencilla es reflexionar sobre su posición política, para ello debe contestarse si ¿es de derecha, de izquierda, de centro o ninguna de las anteriores? Si poco le importa o es de ninguna de las anteriores vaya directamente  al paso 3. Pero si es de derecha, tiene que preguntarse qué tan de derecha: derecha con rasgos de izquierda, centro derecha, derecha, derecha pituca, derecha bruta y achorada, y derecha extrema. Igual para el centro: centro con rasgos de izquierda, centro, centro derecha. Si considera problemático ser de derecha o de centro, pues ser de izquierda lo es aún más: comunismo, socialismo, maoísmo, marxismo, estalinismo, trotskismo, etcétera y sus combinaciones o dúos: ecosocialismo, socialismo democrático, marxismo leninismo, comunista revolucionario, socialista auténtico,  comunista pituco, anarquismo socialista, etcétera. (lo siento pero no tengo espacio para más dúos o tríos).

Si luego de leer el párrafo anterior está más perdido que Adán en el día de la Madre, no se preocupe, ya que sea la ideología del partido político de su preferencia siempre cambiará luego que ellos sean electos según los intereses de los  lideres (dueños o caudillos) de esos partidos políticos, que para dorarle “la píldora del día siguiente a las elecciones”  le dirán que en realidad “son los intereses del pueblo”. Gran mentira como usted colegirá.

Paso 3. Diligentemente lea en los diarios, escuche por la radio o TV cada declaración de los políticos. Escriba sus propuestas para no olvidarse, clasifíquelas y compárelas. Si tiene tiempo  vaya a los mítines y escuche lo que claman estos políticos doctos en seducir a las masas. Tendrá que esperar varias horas a que llegue el candidato, mientras tanto coree algunos cánticos que le parecerán “chévere”, pero horas después le sonarán ridículos. También puede optar por comprar yuquitas o salchipapas para no pasar hambre y algún emoliente o bebida gaseosa que un buen samaritano tenga a bien venderle a precio módico.  Cuando llegue el líder debe aplaudir hasta sangrar, gritar hasta quedar afónico, en fin seguir con el rito de la masa encandilada.

Si desea estar mejor informado puede acompañar a los movimientos sociales que protestan contra el mal accionar de los políticos. Un ejemplo fue la respuesta a la llamada Ley Pulpín en que la sociedad civil a través de marchas y protestas logró retroceder el accionar de los políticos o mejor dicho poner en su sitio al poder en la sombra (aunque suene siniestro) y llevó a derogar la propuesta legislativa  de nuestro querido Congreso, que para muchos está más sucio que palo de gallinero. 

Si usted es de las personas que creen que todo lo que dicen los políticos es cierto, es uno de los pocos ingenuos que quedan en el Perú y quizás en el mundo. En ese caso vote por el que más cree y punto. Pero ahí le va mi consejo: no crea en todo lo que le dicen, mucho menos en los políticos, pues hay una probabilidad del 99.999% que le están mintiendo en su cara pelada. Seguro usted es uno que cree en el diablo con cuernos, olor  a azufre, pezuñas de burro y ojos rojos saltones; no, ese es el diablo de Hollywood. 

Si además ¿es usted uno de los cándidos que cree  todos los medios de comunicación son imparciales y dicen la verdad caiga a quien le caiga? Pues sorpresa, no lo son. Pero qué despistado es usted. Todos los dueños de esos medios tienen su corazoncito. Unos son anarquistas, otros de derecha, uno que otro de izquierda, aquel nacionalista y otros hacen el trabajo sucio; son embrutecedores. ¿Usted cree que esos dueños  permitirán que un periodista irreverente  tenga libertad de poner un editorial o noticia que vaya en contra de los intereses de esa empresa de comunicación? Ellos (los dueños) tienen la opción de defender sus creencias e intereses, aunque no sean los intereses del llamado pueblo o vayan en contra de los derechos civiles. Eso de que todos los medio de comunicación digan siempre la verdad cueste  lo que cueste o caiga a quien le caiga es más un mito que realidad, y no solo en el Perú.

Si  ya tiene a su candidato pues deje de leer y cierre esta página web. Pero si todavía no está seguro y asustado por  todas las revelaciones siga y vaya al paso 4.

Paso 4. Lea usted profusamente y con gran interés los planes de gobierno de todos los partidos políticos. Si no los baja del internet, pues vaya a los locales centrales de los partidos políticos y pídalos. Lea cada párrafo, interprete cada palabra, haga un resumen y una tabla en Excel comparativa  de cada propuesta.

Si usted no tiene tiempo para hace hacer lo sugerido en este paso, no se preocupe. Nadie lo hace, porque tampoco nadie tiene tiempo ni menos lo entenderá. Por ejemplo, en el plan de gobierno de una partido dice:  .. Luego fomentaremos el escalonamiento de los ríos de la Costa para permitir la recarga de la napa freática y reducir sustancialmente la proporción de agua fresca que termina en el mar. Tras leer usted tendrá que preguntarle a Melcochita qué quiere decir “escalonamiento de los ríos”, qué diablos es la napa y que eme es freática.

Lo mismo pasará pero más grave cuando vaya a la parte económica ya que de esas palabrejas implicará cuánto dinero tendrá en su maltrecho bolsillo. Palabras como economía social de mercado, balanza comercial, producto bruto interno, coeficiente Gini, libre mercado, depreciación de la moneda, bolsa de valores y capitales golondrino le parecerán exóticas. Pero ante todo usted se preguntará cuál es ese bendito modelo económico peruano del que todos quieren preservar, ninguno cambiar ni menos perfeccionar. Si le dicen a boca de jarro que es el modelo de economía de mercado del tipo neoliberal, quedará usted en la misma luna de Paita.

Si usted diligentemente se da el tiempo para saber –para eso está Google, los libros, diccionarios y enciclopedias- lo que significa cada palabra, pues será percibido como el listo del barrio  y reconocido como el sabio en su trabajo, ya puede escuchar a Marco Aurelio Denegri sin tener que ir al mataburro a cada rato, en un mundo ideal claro, pero en realidad será percibido como el aguafiestas, el metomentodo, el aburrido y pesimista.   

Además, esos planes de gobierno en muchos casos con plagios (perdón copias) que algún practicante universitario contratado por un “especialista en planes de gobierno”, contratado a su vez por una empresa, contratada por  líder político para hacerle su plan de gobierno. 

Si usted cree a pie juntillas que los planes de gobierno se cumplen, pues escoja a una que más le agrade y punto, ya no lea más. Pero déjeme decirle algo: usted es muy ingenuo y crédulo, seguramente es estafado periódicamente por vendedores de cebo de culebra o le hacen el cuento de la lotería una vez al año. Vaya a un sicólogo y busque inmediata ayuda profesional.

Claro, usted dirá si los planes de gobierno no se cumplen ¿por qué darse el trabajo de leerlos? Si, púes lo mismo digo yo. Es que como todavía hay “lornas” en el Perú los políticos aprovechan esa debilidad.

Paso 5. Si llegó a este paso, seguro usted es listo, no es muy crédulo o simplemente es muy curioso. Como no se puede creer  lo que dicen ni lo que escriben los políticos ¿qué nos queda de racional para escoger a nuestro mejor candidato? A falta de historiadores o periodistas que nos hagan un resumen veraz de las hojas de vida de nuestros políticos, hay que investigar cómo se han comportado los políticos postulantes a la presidencia o al congreso. Puede leer el libro Historia de la corrupción en el Perú  escrito por Alfonso W. Quiroz, pero solo llega hasta el 2000.  Una opción es preguntar a sus amigos y parientes, pero claro ellos estarán parcializados. Por ello, tendrá que ir a la hemeroteca nacional o municipal y buscar los diarios para saber que han hecho estos angelitos. Puede también ir a Google, pero recuerde que difícilmente tendrá acceso a información antes de la existencia de Google. 
  
Al llevar a cabo este paso tendrá muchos problemas, aparte de encontrar información: hay mucha difamación. Un diario que dice ser veraz, que la verdad es su norma, puede desinformar, deformar, ensalzar u ocultar información del comportamiento de un político. En otras palabras le pueden mentir. Para ello, tiene que actuar como un historiador serio y buscar fuentes confiables, lo cual no es nada fácil. El voto informado implica mucho sacrificio. Pero si no encuentra evidencias confiables, pues siga con el paso 6.

Paso 6. Si llegó a esta etapa quiere decir que usted  es una persona que toma decisiones basadas en fundamentos y evidencias serias. En otras palabras es rara avis. Es usted una de las pocas personas que cuando algún amigo impertinente le trata de convencer  que vote por determinado político usted le pregunta sin miramientos: ¿Cuáles son los principios ideológicos de ese partido político? ¿se alinean las propuestas del plan de gobierno  con la ideología de ese partido político? ¿específicamente de dónde sacará el dinero para cumplir sus propuestas? entre otras pregunta incómodas que dejaran a su amigo ya transformado en su enemigo por su atrevimiento a cuestionarlo. Nunca, pero nunca haga eso, perderá un amigo y ganará un enemigo.

No hay que desanimarse ni desesperarse. Según muchos estudios las personas en todas partes de este mundo (no sé cómo será en otros planetas) no votan de manera racional en las elecciones políticas. Casi todos los humanos votan por lo que se sale del corazón o el hígado, en términos simples por simpatías o antipatías inexplicables e inescrutables. Así es, en general, el voto político es irracional y emotivo.  Así si usted tiene la suerte de ser irracional y emotivo, la tiene fácil. Pero si es todo lo contrario, ya se mete en serios problemas.

Por todo lo dicho ahora tiene las siguientes opciones. A) Hacer ese juego de niños de Tim Marín de do pingüé, cúcara, mácara, títere fue … (me pregunto de dónde diantre viene esa letra, no lo sé, pero no viene al caso) B) Recurrir a ese lado oscuro, si el salvaje, irracional y emotivo, y sin más miramientos ni ascos terminar con este sufrimiento.   C) Votar por el que es percibido como el menos malo, luego vomitar descaradamente en el baño del colegio donde le tocó votar y vivir arrepentido y acongojado hasta las próximas elecciones. D) Usar la carta  del antivoto y votar por el candidato que usted no cree, con tal de que pierda el que usted cree que el mismísimo Belcebú convertido en político.  Total el voto es secreto y nadie se va a enterar. E) Viciar el voto (en realidad es voto nulo), pero artísticamente, es decir poner frases cortas ingeniosas e hirientes si tiene vena literaria o si le da por el dibujo pues recordar aquellos años de colegio. Esto no es recomendable ya que los miembros de mesa pueden sentirse ofendidos o incómodos.   

Epílogo. Bueno, ya usted votó, pero después de días o años  se arrepintió de su voto.  Se dio cuenta que no importó por quien votó, usted sigue jodido como antes.  Con el tiempo se dará cuenta que en realidad no gobiernan los políticos, bueno ellos han hecho una que otra cosilla, pero no las grandes decisiones en salud, educación ni mucho menos las económicas.  Los políticos son la cara visible de un poder detrás del poder. Un poder en la sombra le llaman. No, no son los anunnaki, deje en paz a esos seres y no crea en teorías conspirativas.


Reflexión. Si la democracia solo se reduce a elegir a unos políticos, que por lo general son inescrupulosos, mentirosos y mafiosos es algo que ya debería preocupar mucho, pero mucho al ciudadano de a pie.