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domingo, 5 de septiembre de 2010

El vaso de leche: aspectos políticos, sociales, morales y nutricionales

Desde hace días ha renacido la controversia tanto en los procesos de adquisición y distribución del programa alimentario más importante del estado peruano: el Programa del Vaso de Leche (PVL).

Uno de los problemas es que los municipios realizan la adquisición de leche de la peor forma posible. En algunos casos las compran se realizan sin comparar calidad o precios, sin concurso público, a gusto del alcalde, etc. Además algunos proveedores de leche la venden a diferentes precios según sea el municipio comprador. Según recomendación del Banco Mundial si se hiciera una compra conjunta entre todos los municipios podría ahorrarse mucho dinero y se tendría un estándar de valores nutricionales mínimos común a todos.



El presupuesto anual del PVL es de 636 millones de soles para beneficiar a 3 millones de personas. La ley 27470 señala que la población prioritaria son los niños (recién nacidos hasta los 6 años) y señala que el programa tiene como meta elevar el nivel nutricional y mejorar la calidad de vida de los segmentos más pobres. Los beneficiarios son los niños menores de 6 años, mujeres embarazadas y madres lactantes. Si hay recursos se puede atender niños entre 7 a 13 años, adultos mayores y enfermos por tuberculosis.



Por una mala distribución en el PVL, en algunos casos, no llega a la población objetivo (los más pobres), porque hay unos mafiosos en los comités de administración que con el “visto bueno” de los municipios (que se supone debe supervisar la ejecución del programa) desvían la distribución a personas de clase media e incluso a los clase alta que de manera inescrupulosa aceptan este alimento a cambio de “cierto apoyo”.



Se supone que este programa debe evaluarse periódicamente. Es decir sus objetivos deben corresponden con los resultados nutricionales obtenidos. Según los expertos, los indicadores no han variado significativamente. Esto hace suponer que en realidad hay un beneficio, pero este es más político que nutricional. En el estudio El Impacto del Vaso de Leche sobre el nivel de nutrición infantil () realizado por Gissele Gajate y Marisol Inurritegui de Grade, en la parte final se señala:


En ese sentido, se encontró que el Programa Vaso de Leche, sin importar el tipo de modelo utilizado para estimar la selección de beneficiarios, es siempre negativo. En otras palabras, los niños menores a cinco años que se benefician de este programa, no logran efectivamente elevar su nivel nutricional. Esto es bastante preocupante, dado el gran alcance que tiene el programa en el ámbito nacional.


Otro estudio Caracterización del Programa del Vaso de Leche  de la Dirección General de Asuntos Económicos y Sociales del Ministerio de Economía y Finanzas de febrero de 2003, concluye que no se pudo demostrar ningún efecto del programa del vaso de leche en la prevención de la DNC, indicando que la acción de este programa sobre el problema nutricional de los niños menores de 6 años es limitada.


Yo me pregunto ¿puede un vaso de leche elevar el nivel nutricional y mejorar la calidad de vida? Según los cálculos ¡al año un niño recibe tan sólo 9 litros de leche! Obviamente es un cantidad muy reducida. Pero si fuera mayor, analicemos lo que dicen los expertos al respecto sobre el valor nutricional de la leche.

La razón más recurrida por todos es que el contenido de calcio que tiene la leche es buena para la formación y mantenimiento de los huesos, especialmente en los niños y jóvenes. Sin embargo, este hecho es controversial como puede verse en el artículo de revision titulado Calcium, Dairy Products, and Bone Health in Children and Young Adults: A Reevaluation of the Evidence de Amy Joy Lanou, PhD; Susan E. Berkow, PhD, CN; and Neal D. Barnard, MD publicado en PEDIATRICS Vol. 115 No. 3 March 2005 señala en el resumen: Numerous nutrition policy statements recommend the consumption of 800 to 1500 mg of calcium largely from dairy products for osteoporosis prevention; however, the findings of epidemiologic and prospective studies have raised questions about the efficacy of the use of dairy products for the promotion of bone health. The objective of this study was to review existing literature on the effects of dairy products and total dietary calcium on bone integrity in children and young adults to assess whether evidence supports (1) current recommended calcium intake levels and (2) the suggestion that dairy products are better for promoting bone integrity than other calcium-containing food sources or supplements.


En la parte final de concluye: Actualmente las evidencias disponibles no apoyan las guías de nutrición que especifican que un incremento del consumo de leche u otro producto lácteo de consumo diario promueve la mineralización de los huesos de los niños y adolescentes. Los datos sobre el efecto del consumo diario de productos lácteos para la mineralización de los huesos en niños menores de 7 años y en niñas preadolescentes y adolescentes no blancas son escasas.



El contenido graso de la leche es cerca del 4 %, compuesto por más de 100 ácidos grasos, dentro de las cuales podemos mencionar a los ácidos mirístico, palmítico y oleico, entre las más importantes El consumo de grasas puede llevar a una persona a engordar, si es que no hace una actividad física, lo cual en realidad si realizan las personas pobres, a diferencia de personas más acomodadas que casi no realizan una actividad laboral física y que sólo pueden “quemar las grasas” mediante el ejercicio y que podría comprar la leche baja en grasas (light).



Finalmente hay mucha gente intolerante a la lactosa. Cerca del 70% de la población latinoamericana y cerca del 90% de los mestizos peruanos (dato tomado del artículo Probiotics—compensation for lactase insufficiency publicado en Am J Clin Nutr 2001;73(suppl):421S–9S de Michael de Vrese, Anna Stegelmann, Bernd Richter, Susanne Fenselau, Christiane Laue y Jürgen Schrezenmeir) no tiene la enzima lactasa (beta-D-galactosidasa) necesaria para digerir la leche. Este porcentaje tan alto, mencionado por los nutricionistas, ya debería haber sido tomado en cuenta por los políticos y habría hecho tambalear al PVL; sin embargo, no pasa nada.



Lo que sucede es que además de haber muchos intereses políticos y económicos en juego en el PVL, desde hace muchos años, se ha sobredimensionado el valor nutritivo de la leche de vaca. De ser nutritiva, lo es, pero si queremos una fuente de calcio que dar a una población intolerante a la lactosa como la peruana, esta la podemos encontrar en otros alimentos como las almendras, amaranto, sardinas, anchoveta, frijoles, brócoli, tofu, col, etc. Además, el calcio contenido en algunos vegetales es más alto que la leche. Igual pasa con las proteínas, no sólo la leche tiene proteínas,  tenemos nuestra anchoveta, que también tiene calcio. Por ello, es necesario que los políticos y la población organizada consulten con los especialistas para saber cuál sería el mejor programa nutricional en los sectores más pobres del Perú y lograr resultados positivos.

Una opción interesante para estudiar y comparar es el Desayuno Andino del Programa Sierra Exportadora que está nutriendo a muchos niños desde hace un tiempo, preparado en base a maca, quinua, avena, kiwicha y cañihua que contiene calorías, proteínas y otros nutrientes. Esto no sólo revalora lo peruano, sino que da trabajo y sobre todo son alimentos adecuados para este sector de nuestra población, que es intolerante a la lactosa.

En el caso de pobladores de la costa se podría realizar un programa nutritivo basado en la anchoveta, frutas y verduras. Nuestro recurso marítimo anchoveta ha sido durante mucho tiempo desperdiciado en nuestro país. De la misma manera habría que encontrar los mejores alimentos para la gente de la selva. En otras palabras un programa nacional de nutrición no puede basarse en un sólo alimento, sino debe tener varias opciones, según sean las caracteríticas de cada región a la cual se asiste.

Todo esto nos lleva a pensar que, los científicos todavía no han difundido a la población los resultados de las investigaciones nutricionales de la leche, de tal modo que sepan utilizarla de la mejor manera, conjuntamente con otros alimentos. Este blog no pretende decir que la leche es mala (es buena si se lo sabe utilizar adecuadamente, como a cualquier otro alimento),  sino que para ciertos sectores sociales como los más pobres del Perú, la leche no es la mejor opción nutritiva para un programa nacional, habiendo otros alimentos como pescados, cuyes y toda la gama de otros alimentos, entre los cuales muchos de ellos son autóctonos.