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martes, 21 de julio de 2020

El engaño y estafa del dióxido de cloro

Según cuenta J. M. Mulet en su libro “Medicina sin Engaños” Jim Humble relata que curó a cien mil personas de malaria con el dióxido de cloro (no hay pruebas de ello) y comenzó a vender su supuesto medicamento con el nombre de MMS (acuñado en su libro The Miracle Mineral Solution of the 21st Century publicado en el 2006) que son dos frasquitos de color muy llamativos, uno contiene una solución de clorito de sodio al 28 % y el otro un ácido para “activar” la “medicina”, en realidad la mezcla genera el dióxido de cloro. Extrañamente las supuestas propiedades curativas del dióxido del cloro aumentaron a curar el resfriado, la diabetes hasta el autismo. Al darse cuenta de ello las autoridades sanitarias de USA alertaron que su uso en personas estaba prohibido. Relata Mulet que Humble para salir del entuerto fundó la iglesia Génesis II donde en uno de los sacramentos señalaba a sus seguidores la toma de MMS para la cura de los males. El representante de MMS en Europa es Andreas Ludwig Kalcker, si, ese señor con cara de buena gente que aparece en los videos y asegura ser licenciado en economía, máster en biofísica y doctor en biofísica de medicina alternativa. Con el tiempo las propiedades del dióxido de cloro incorporaron al ébola, la gripe H1N1, el cáncer y ahora el COVID-19, todo ello sin ningún estudio clínico serio.


Puede ser que para algunas personas el tomar ese supuesto medicamento (dóxido de cloro) en cantidades muy pero muy pequeñas no les pase nada o que su sistema inmune en realidad haga todo el trabajo y los cure, pero hay reportes y denuncias en todo el mundo que su toma ha causado graves daños a las personas e incluso hay varias denuncias a los vendedores. Solo en los últimos 5 años en USA han ocurrido miles de casos de envenenamiento atribuidos a ese compuesto y las personas que lo han consumido pueden sufrir de insuficiencia respiratoria, daño hepático agudo, ritmos cardíacos anormales, destrucción de glóbulos rojos, entre otros.


Pero ¿cuál es el negocio? pues en Europa se vende entre 30 a 50 euros y la materia prima, el clorito de sodio cuesta 20 céntimos de euro. Resulta que 30 euros es un precio exageradamente alto ¿quién puso ese precio? Bueno, hay que preguntar eso a Kalcker. En China una tonelada de clorito de sodio ronda los 1200 dólares, el kg saldría a 1.20 dólar. Ellos lo venden para uso como desinfectante ¿Quién analiza si es apto para consumo humano? Pues nadie, porque no está destinado para eso. Para una solución de 100 mL al 28 % solo requieres 28 g de clorito de sodio, saca tu cuenta cual sería el precio razonable. He visto por Internet que lo venden desde 60 hasta 340 soles, exageradamente alto y además no existe ningún estudio clínico serio, cierto que hay allí unas publicaciones de editoriales nada serias, donde publicas lo que sea, donde además no hay revisión por pares.

Hay un agravante adicional que pocos se han dado cuenta. Toda sustancia de uso médico o alimenticio debe pasar por un control de calidad para conocer su pureza y la presencia de contaminantes, antes de poder venderse. Como el  clorito de sodio lo venden como desinfectante, se desconoce su pureza y nadie sabe cuáles son sus  contaminantes. En otra palabras una producto químico de uso industrial (desinfectante) está siendo consumido e incluso inyectado en la venas, sin haber pasado el control de calidad para uso como medicamento. Esto de por si, para cualquier sustancia química es ya muy, pero muy peligroso.

Los trabajadores que usan este compuesto como desinfectante saben que el límite de exposición ocupacional al dióxido de cloro para una jornada de 8 horas diarias, 40 horas por semana es de 0.1 partes por millón (0.28 miligramos por metro cúbico [mg/m³]). La EPA ha establecido un nivel máximo de clorito en agua potable de 1 mg/L.E

Ninguna institución medica ha aprobado el uso del dióxido de cloro en medicina y es más, todas han dado la alerta a la población que no deben consumir ese compuesto.

En tiempos de esta pandemia hay muchas personas desesperadas por encontrar una solución y de eso se aprovechan los inescrupulosos, de manera cruel y despiadada, quienes al ver a personas vulnerables les venden los que sea ganando mucho dinero.

Adenda 1.

Es curioso que los antivacunas, naturópatas, homeópatas, naturistas estén a favor de dióxido de cloro, siendo este un compuesto sintético elaborado por la industria química. Por otro lado, algunos  antitransgénicos que siempre usan la carta del principio precautorio son promotores del dióxido de cloro que es tóxico.¿Cómo explicamos esto? 

Adenda 2.

El nivel de violencia de las respuestas de los promotores del dióxido de cloro es sorprendente. Cuando comenté, hace ya muchos años, que el cartílago de tiburón no curaba el cáncer recibí comentarios en contra, pero ningún insulto. Hace poco el Colegio de Químicos de Perú organizó una videoconfencia e hice mi exposición en contra del uso del dióxido de cloro con fines medicinales. Durante ese evento recibí una retahíla de insultos, amenazas, había hackers que hacían cosas raras en mi presentación, recibí tantos ataques a mi computadora que el reporte de mi antivirus en un solo día era como tres páginas. Igual, en las redes sociales dicen que no soy científico, que recibo dinero de la OMS, de la big pharma, entre otras calumnias y agravios. Por otro lado, hay personas que disienten de mis opiniones de buenas maneras, lo cual agradezco mucho.