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viernes, 11 de mayo de 2018

Cuando no hay coherencia en una política de estado: quien contamina paga y quien enferma paga ¿será cierto?


El gobierno de perusalem acaba de incrementar el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) de los combustibles, bebidas azucaradas y alcohólicas con el fin de desalentar el consumo de esos productos que generan efectos nocivos sobre la salud sus maleteados ciudadanos y grandes costos en los servicios médicos. Claro, ello implica que el gobierno recaudará por este medio más dinerillo para sus alicaídas arcas ¡ah picarón!

En este congreso peruviano que está más sucio que palo de gallinero nuestros limitados congresistas se la dan de buenos y exoneran muchas actividades comerciales, gracias a desprendidos lobistas que, de manera desinteresada, logran “convencer” a estas eminencias congresales. Sumado a que el anterior gobierno bajó los impuestos con el fin de incrementar la formalidad, pero nadie le hizo puñetero caso, el MEF está más preocupado que Adán en el día de la madre porque no hay dinero para las obras y pago de planillas.

Pero uno se pregunta: ¿es que realmente nuestros sesudos y reflexivos gobernantes han pensado en sus pobres vasallos?  o ¿en realidad requieren más dinero y lo de la salud de los peruanos es solo una excusa, un cuento chino?   

Vayamos por partes como dijo Jack el destripador. Por un lado el gobierno aumenta el impuesto al diésel, que es el combustible que contamina más. Asimismo, ahora no se paga ISC por la importación de vehículos nuevos que funcionen a gas, eléctricos e híbridos. Hasta ahora bien, pero nuestro querido y alabado gobierno por otro lado ¡disminuye el impuesto a los vehículos usados de 30 a 10%! ¿Pero qué pasa? se preguntará usted ¿no era el objetivo que el que contamina más pague más?

Todos sabemos que un vehículo más viejo contamina más, pero en perulandia el que compra un vehículo nuevo tiene que pagar impuestos durante los primeros años, luego no paga nada, nada de nada, aun cuando tenga un vehículo de la primera guerra mundial. Además, ahora quien importa un vehículo usado paga menos, como fue años atrás cuando nos llenamos de vehículos viejos (descartadas por otros países) con muchas fallas mecánicas y muy contaminantes. ¿Por qué esos países descartan los vehículos más viejos? Porque sus dueños tienen que pagar más impuestos, además en ciertos países los autos de servicio público, un taxi, por ejemplo, no debe tener más de 10 años antigüedad. Póngase en los zapatos de ese humilde taxista suizo o coreano que paga más impuestos, la reparación le es cada vez más costosa, luego llega un astuto empresario de un país bananero que le ofrece comprar esa basura de vehículo, se lo compra, le hace una ligero cambio (el cambio de timón fue uno de ellos) le hace una lavada de salón y listo, lo vende a los incautos peruanos a un poco más de la mitad de un auto nuevo. Pingüe negocio. El resultado un vetusto y altamente contaminante parque automotor ¿le parece familiar?

Un avispado lector diría: ¿no es que debería ser al revés, como ocurre en otros países llamados civilizados y del primer mundo? En otros lares quien tiene un vehículo más viejo paga más impuestos. Pero no, nosotros el país de informales, chicha, vivos, de abolengo y aristócratas por dar la contra, hacemos todo lo contrario.

Como la bebida azucarada costará más, seguro aparecerán solícitos emprendedores informales, para más señas, quienes venderán en cada esquina de limonta (Lima para los extranjeros) un recipiente con un logo reconocible, pero ligeramente cambiado, que tiene más azúcar que remedio homeopático y más negro que agua de desagüe, pero con un precio menor al de una tienda formal.

Nuestro piadoso y misericordioso gobierno se acordó de sus afligidos ciudadanos de a pie y gravó con más impuestos a las bebidas azucaradas, alcohólicas y a los combustibles por velar la salud de los peruchos, pero resulta que desde años tenemos un serio problema que enferma, mata y lesiona a los peruanos y extranjeros incautos: los accidentes automovilísticos.  En este país de los Berkemeyers, Torres y Ugartes, Mamanis y Garcías  cada día mueren 8 personas por accidentes de tránsito (http://rpp.pe/data/ocho-peruanos-mueren-cada-dia-en-accidentes-de-transito-noticia-1068532).  Y nuestros queridos padres de la patria (por no decir congresistas prontuariados) y diligente papa gobierno aparte de encargar estudios a pseudoconsultorías no hacen algo.

Espero que nuestros futuros y queridos compatriotas como el Brayan o el Jonatham lleguen a ocupar altos o bajos cargos (depende desde donde uno lo mire) en el congreso y gobierno y tengan al menos claro los que son lineamiento de política de estado y sean coherentes con ellos.




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