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jueves, 19 de julio de 2018

Sin justicia no hay paz social


La frase no hay paz sin justicia atribuida al profeta Isaías (765 a.C.- 695 a.C.) es tan cierta, no solo en el Perú sino en el mundo, muy en especial en los países donde la corrupción campea. Los peruanos lo vemos y comprobamos todos los días.

En términos generales la impunidad indigna tanto o más que el hecho delictivo. Hemos visto como desalmados agreden a las damas y luego de la denuncia salen libres. A uno le asaltan, denuncia, capturan, declara y luego de unos días los delincuentes salen libre.  Estos casos obviamente intranquilizan de sobra a los ciudadanos.

Causa indignación las declaraciones de unos psuedolíderes de opinión de pacotilla que dicen estar preocupados por la inestabilidad económica que pueden causar los audios divulgados por IDL. Esos mismos tipejos expresaron lo mismo con el caso Lava Jato cuando se descubrió toda la red de corrupción. ¡Qué tal no! preocupados porque se han destapado casos delictivos cuando deberían estar agradecidos que se tenga pruebas de la corrupción del PJ, CNM y Congreso. Un sistema de justicia (que realmente haga justicia) es lo mejor para el crecimiento de nuestra economía.

Cuando una vive en un país asume un contrato con el Estado en el cual uno cumple las normas, paga sus impuestos y trabaja honradamente. En contraparte uno espera que el estado no solo le brinde servicios médicos, de transporte, etcétera, sino que también lo defienda de los malhechores.  Pero cuando los delincuentes ya tomaron los poderes del Estado, sería de cínicos o de ingenuos esperar que esos mismos poderes se autorregulasen o reformasen para bien. No, ellos van a hacer todo lo posible para tapar, ocultar y luego que con el transcurrir del tiempo los ciudadanos nos olvidemos como ha ocurrido desde las expropiaciones y corruptelas de Monteagudo (1821) pasando por el infame contrato Dreyfus (1869)  hasta el escándalo de Lava Jato.

Listaré algunos casos cercanos contados por amigos para que vean la desazón, la impotencia y frustración que se puede tener. He cambiado algunos aspectos para evitar involucrar a las personas que me han contado esos hechos. 

Unos jóvenes científicos desarrollaron un producto muy utilizado por la industria. Su proceso era innovador y sobre todo de bajo costo. Se lo ofrecieron a la empresa A y esta lo probó, dando muy resultado. Les dijeron que regresaran en unas semanas. Muy entusiasmados retornaron con la idea de hacer su primer venta, pero quedaron compungidos cuando el empleado de la empresa A les comunicó que una gran empresa vendedora B les había dicho que si les compra ese producto a esos jóvenes, esa empresa B no les vendería más ninguno de los más de 40 productos que ellos tenían, lo cual haría quebrar a la empresa A.

Un joven recién egresado ideó una idea de negocio muy buena, ninguna empresa realizaba ese servicio. Pero este joven no tenía el dinero y se fue a los bancos limeños, craso error. Los ejecutivos de negocios le pedían información y más datos, que ese joven algunos los tenía, pero otro no. Sin embargo, retornaba cada vez con los datos solicitados y se los daba libremente con tal de que el den el préstamo. Al final le dijeron que no procedía debido a que su proyecto no era rentable. Años después se entera por los diarios que su misma idea había sido copiada por otra persona y era un negocio rentable.

Un joven recién egresado que trabajaba en un laboratorio recibe la visita de una persona que le dice que lo ayude cambiando los datos analíticos del informe que ese joven había encontrado y redactado que afectaba a una empresa con una gran multa. Para aceitarlo (jerga de los corruptos) le deja un maletín negro debajo de la mesa. Este joven con principios inmediatamente informó a su jefe. Curiosamente a principios del mes siguiente despidieron a ese joven.

Un alcalde a través de una empresa construye una carretera que a los pocos meses se deteriora. Los vecinos ven que el asfalto es muy delgado, no hay base sobre el asfalto, o sea una farsa de obra que costó millones. Denuncias al alcalde, ante el poder judicial a las radios locales; nada de nada. Ah, pero el mismo alcalde contrata a la misma empresa para rehabilitar esa carretera.

De un momento a otro, algunos vecinos hacen ruidos molestos. Sin importar si es de día o noche ponen su música a un volumen muy alto. Queja al municipio, varias veces. Resultado: ninguno. Una empresa hace ruido infernal las 24 horas, los vecinos van a la comisaría que estaba cerca de esa empresa, quedan atónitos cuando al comisario les dice que ellos (los policías) sufrían ese mismo ruido y que habían hecho el reclamo, pero nada.

Una constructora hace un edificio cercano que altera grandemente la vida de los vecinos.  Se escuchan ruidos molestos que no dejan dormir. De día un polvo inunda las casas vecinas. Las obras socavan las bases de las casas vecinas. Quejas y más quejas y no pasa nada.    
 
Una empresa convoca a concurso para una plaza. Varios chicos presentan su CV con ilusión. Luego de evaluar los CV publican una relación de los que pasaron; 10 personas que son citados a una entrevista. Tras la entrevista los evaluadores conversan desinhibidos alegremente en una cafetería cercana y se escucha que uno de ellos se pregunta y responde sin escrúpulos: ¿vamos a aceptar a esos de universidades estatales? ni hablar hermano.

Seguro que muchos lectores podrán contar infinidad de esos casos, que en un país donde la justicia se imparte, en un estado de derecho real, esos actos hubieran sido denunciados y los culpables sancionados. Pero claro estamos en un país donde la justicia se compra y se vende. No es que haya  en los poderes del Estado uno que otro delincuente, sino que hay mafias o bandas delincuenciales ya establecidos y con ramificaciones en los tres o incluso el cuarto poder (la prensa).  Y eso es lo que muchos no se dan cuenta, son mafias incrustadas que han tomado por asalto todos los poderes del Estado peruano lo cual les ha dado sostenibilidad e impunidad.  
    
Si en los dos primeros casos se hubiera recurrido a la ley y este funcionara, no solo esos jóvenes tendrían trabajo o se sentirían realizados, sino que también hubieran dado trabajo a otras personas y la economía crecido. La corrupción no solo afecta a los ciudadanos involucrados sino que también a la economía de un país, nos hace cada vez más pobres y también acarrea malestar social.   

Siempre digo que el Perú es como Chicago de los años 20, donde imperaban las mafias, policías, jueces y políticos corruptos. Tras largos años y enfrentamiento de gente decente contra la mafia, esa ciudad recuperó la justicia. Bueno, esperamos que la sociedad peruana reaccione, la solución está en cada una de las familias las cuales deben inculcar valores a sus miembros. Si esperan que el gobierno o el Congreso actual resuelvan ese asunto, pues esperen sentados, ellos van a tapar todo como pasó con los anteriores escándalos. Nuestra generación no hará ese cambio, pero si las generaciones futuras. 

Es imprescindible señalar que no solo hay crisis en el poder judicial, ejecutivo y legislativo tomado por pillos; sino que es una crisis global de la sociedad peruana. Las sociedades también se enferman, pero la peruana y Latinoamérica en general, no solo son enfermas también son corruptas. Entonces la solución no basta con remover a los miembros del CNM, tampoco con reformar el sistema judicial, menos con dar leyes o cambiar la Constitución de la República. Nada de eso solucionará el problema de la corrupción. La falta de escrúpulos, escases de valores, la permisibilidad y hasta cierto grado de sometimiento están arraigados en toda la sociedad peruana. Como el núcleo de toda sociedad es la familia allí reside el problema y también desde allí está la solución.

Los latinoamericanos siempre responsabilizamos a otros por nuestros problemas, pero ignoramos que las soluciones a los grandes problemas sociales dependen de cada uno de nosotros y en especial de la familia.  

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