Basado en mi experiencia como profesional químico y docente universitario hace un tiempo preparé una conferencia titulada "Cómo ser un químico exitoso” para los alumnos universitarios de química. La verdad yo no me consideraba exitoso, aunque si feliz y estoy contento con lo que hago. Pero al escuchar a mis amigos de colegio y de universidad decir que ellos relataban a sus hijos para animarlos a estudiar que habían tenido a un compañero dedicado al estudio, que ahora era un afamado y exitoso profesional (refiriéndose a mi persona como ejemplo) me hizo replantearme la pregunta si yo era o no exitoso. Aunque no existe una definición del éxito en la que todos estén de acuerdo, aquí el asunto es cómo los otros te consideran.
Al preparar la conferencia tomé en cuenta el hecho de que muchos primeros puestos de los colegios habían fracasado en la universidad. De la misma manera, aquellos alumnos chancones de las promociones universitarias no habían alcanzado el nivel profesional de éxito, esperado por sus profesores y compañeros. En cambio los alumnos tipificados como “maletas” o mediocres tras años de egresados habían alcanzado fama y éxito profesional.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué sucede esto? Fueron las preguntas naturales que me hice. La primera conclusión es que aprobar el curso con alta nota no te garantiza un éxito profesional. Es cierto que hay alumnos que han sido los primeros puestos en todo y han llegado a ser exitoso, pero son muy pocos.
Muchos primeros puestos de colegio son un fracaso en la universidad. Esto se debe a varios factores. La universidad es diferente al colegio. Al tener más libertad en la universidad, prácticamente estas solo ante este mundo nuevo: el universitario. Nadie te dice que tienes que estudiar, ni cuándo. Llevas los cursos que quieres. El ambiente y compañerismo estudiantil es diferente. El alcohol y otros vicios están más próximos. Nadie te controla. No estás preparado para ese ambiente propicio para ser mejor, pero también lleno de tentaciones al vicio, a la vagancia. Aquí es importante la personalidad, si tus padres te han formado con una personalidad débil, pues vas a seguir la ruta fácil: la vagancia, la dejadez, la frustración te van a capturar. El resultado: reprobado en los cursos.
Conozco a varios de mi promoción y a exalumnos que si bien no eran brillantes, eran alumnos regulares e incluso mediocres. Pero esta separación entre bueno y malos se basa en las notas que ellos obtenían de sus profesores en cada curso. Pero muchos de los considerados “maletas” tenían unas competencias (ocultas para el sistema de evaluación) que les serían muy útiles en si vida profesional. Resulta que esas competencias no se evaluaron y es triste que todavía no haya un sistema de evaluación que las considere.
Por ejemplo, muchos eran sumamente trabajadores, ingeniosos, perseverantes y arriesgados. Pero esto no se evalúa en los exámenes universitarios. Estos llegaron a ser empresarios exitosos. Otros eran excelentes conversadores y te convencían con sus argumentos, esto tampoco se evalúa, pero estos fueron luego muy buenos vendedores. Había algunos que eran sumamente puntuales, dedicados, muy trabajadores, meticulosos, rigurosos al extremo, limpios y pulcros cuando hacían las prácticas de laboratorio. Estos luego fueron solicitadísimos por los laboratorios químicos. Algunos eran muy corteses, respetuosos, sabían como resolver problemas personales, en su trato sabían tratar a la gente, con el tiempo fueron jefes y ocuparon cargos directivos importantes. Pero tanto las evaluaciones teóricas como las del laboratorio no evalúan esas competencias, sacaba o saca más nota sólo el que sabe más. No el que tiene otras competencias profesionales, sólo aquel que sabe más.
Como la práctica lo demuestra, el actual sistema de evaluación está mal, no sirve. Hay algunos considerados buenos alumnos que no saben trabajar en equipo, no se llevan bien con sus compañeros de trabajo, son egoístas. Otros no saben expresarse oralmente o muestran una inseguridad en el hablar. Recuerde no hay exámenes orales, todos son escritos. Algunos saben bastante, pero cuando van al laboratorio son un desastre: no son meticulosos, son descuidados y rompen los materiales de vidrio. Otros llegan a la hora que quieren, sólo hacen su trabajo y punto, no les interesa al empresa ni sus compañeros de trabajo. Algunos tienen la razón, pero quieren imponerla de facto, no tienen poder de convencimiento, toman decisiones sin el debido consenso y crean conflictos. No saben resolver problemas, es más, los crean. Esas personas que en la universidad fueron números uno o considerados buenos alumnos, pues son un fracaso en la vida profesional. Ninguna empresa los quiere, ni sus colegas.
El hacer un plan de estudios universitario acorde con las competencias profesionales es vital para el desarrollo de un país, más aún sabiendo que en nuestro país (en el año 2010) tan sólo el 29 % de población económicamente activa ocupada tiene formación universitaria o técnica (cerca de tres de cada diez trabajadores).
El hacer un plan de estudios universitario acorde con las competencias profesionales es vital para el desarrollo de un país, más aún sabiendo que en nuestro país (en el año 2010) tan sólo el 29 % de población económicamente activa ocupada tiene formación universitaria o técnica (cerca de tres de cada diez trabajadores).
He visto que algunas empresas contratan personal tan solo basándose en el CV, los cursos que llevaron, las capacitaciones que tuvo, etcétera. Una ligera entrevista con el psicólogo y basta, ya esta contratado. Estas empresas deben preguntarse qué competencias requiere ese puesto laboral y luego a partir de allí establecer las competencias laborales y luego hacer uso de las técnicas y herramientas metodológicas para evaluar a los candidatos.
Por lo expresado antes, el actual sistema educativo peruano, así como su sistema de evaluación al no considerar ni evaluar las competencias que todo profesional necesita, pues requiere un cambio profundo para que se adecue a la realidad del mundo laboral actual. Ojalá que las autoridades universitarias, así como en la próxima ley universitaria consagren un cambio en la mejora de la calidad educativa superior peruana.
3 comentarios:
Estoy de acurdo contigo Mario que todo lo que comentas es cierto,esto se debe a que las personas que evalúan de repente no están preparadas para el puesto y no saben aplicar los criterios que ha ello conlleva a que evalúen a los futuros profesionales se debe tomar conciencia y cambiar el modo de evaluación, tanto en los colegios secundarios como en las universidades para que el Perú tenga mejores profesionales y sepan realizar su trabajo cuando lo tengan y no crear conflictos laborales y que se inculquen los Valores, de que tanto hablan los políticos y empresarios que en el momento dado no lo practican los que tanto lo promueven,es muy triste y decepcionante ver eso todos los días, mis mas sinceras felicitaciones Promo.
Buenas tardes Dr. Mario Ceroni. Ante todo quiero felicitarlo por su blog, se encuentran temas muy interesantes. A propósito de su post, quería hacerle una consulta,yo desde hace algún tiempo siento mucho interés hacia la química, es una ciencia que me ha fascinado y fue justamente ese interés el que me llevó a dar con su blog y otras páginas científicas y relacionadas con la ciencia química. ¿Es ese interés suficiente como para decidir estudiar Química?
¿Qué otras aptitudes y actitudes debo poseer?. Agradezco de antemano su respuesta.
Estimado Diego García. Para estudiar química es necesario tener una serie de aptitudes y actitudes típicas de un científico. Curiosidad, perseverancia, alta dedicación al estudio, paciencia, entre otros. Si le fascina esta ciencia es un gran paso inicial. Hay especialistas en evaluaciones vocacionales que le pueden ayudar.
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