Cuando uno consume un alimento es imprescindible saber su contenido. Una forma de saberlo es mediante la etiqueta que nos da una información básica, tanto de sal, tanto de azúcar, tanto de proteínas, tanto de minerales, tanto de grasas, etc. Incluso se puede leer información sobre el tipo de grasa, cis, trans, saturada, etc.
En la actualidad se discute la modificación del anteproyecto de Código de Consumo dentro del cual el etiquetado de los transgénicos es lo que más se habla.
En el caso de los transgénicos existe cierta controversia entre si causan daño o no, pero a pesar de ello, es necesario que el consumidor tiene el derecho básico a ser informado y, por tanto, debe ser obligatorio etiquetar los alimentos de origen transgénico o que contengan productos modificados genéticamente. Incluso los productores de alimentos podrían colocar información adicional y complementaria en sus portales web, correctamente traducidos al español si está en inglés u otro idioma.
En Europa existe la obligación de etiquetar los productos derivados de cosechas transgénicas o que tenga un ingrediente derivado de ellas.
En la actualidad es posible consumir alimentos que contienen productos transgénicos, principalmente soja y maíz. En menor medida también se comercia canola, papa, tomate, alfalfa, entre otros. Uno puede consumir una cerveza, un caldo, una gelatina, un pan, una galleta, un chocolate o usar un aceite que podría contener algún ingrediente transgénico.
Sabiendo cómo son algunos inescrupulosos comerciantes tanto de los países desarrollados como de los no desarrollados, aparte de lo obligación de etiquetar los productos que comercializan, debería el Estado Peruano, unido al grupo de consumidores asociados, supervisar y realizar análisis periódico de esos productos en laboratorios acreditados. Sin esto último, no se garantiza la calidad alimentaria de un producto en estos tiempos de grandes estafas.
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