Hace un tiempo leí sorprendido en los diarios limeños la creación de una
nueva universidad que a diferencia de
otras, los dueños son empresarios o accionistas de grandes empresas peruanas. El consejo directivo de esta nueva universidad
está conformada por: Eduardo Hochschild Beeck, Dionisio Romero Seminario,
Roque Benavides Ganoza, Juan Inchaústegui y Vargas Mario Rivera Orams.
El grupo minero Hochschild Mining Plc , que ha invertido
cerca de 50 millones de dólares en esta nueva universidad, está dedicado a
la exploración, desarrollo y explotación de oro y plata principalmente sus
operaciones son realizadas en el Perú y tiene presencia en México, Argentina y
Chile. Este grupo minero en 2009 produjo 18,8
millones de onzas de plata y 156,800 de oro y según el reporte anual del 2008 registró
un ingreso total aproximado de 433 millones de dólares.
La UTEC, que podría tener el acrónimo de UIT, UITEC o UNITEC, se especializará en ingeniería ofrece un “aprendizaje
activo basado en la experiencia” y según dice en su portal “una metodología
activa con proyectos para cada año de estudio, que permite una
forma motivadora para conocer y aplicar la Ingeniería. Se realizan, en forma
regular, investigaciones y trabajos de aplicación para garantizar un
conocimiento con visión integral. Esta nueva metodología propone descubrir y
fortalecer el talento e ingenio de todos los estudiantes”. Las siguientes carreras son ofrecidas
por esta universidad:
Si bien no usan el cliché de prometer formar profesionales líderes, si
pone “… se preparan profesionales de alto nivel
que aplicarán la ciencia, la tecnología y la innovación en beneficio del
desarrollo sostenible del Perú.” Ya me tienen harto esas universidades que dicen
que formarán líderes cuando en realidad egresan de ellas profesionales mediocres. Por supuesto que nadie va a decir que forma
profesionales de bajo o medio nivel, pero casi siempre no tienen forma de
demostrar que el promedio de egresados tiene el nivel que ellos manifiestan.
La creación de la UTEC es en realidad
una respuesta de los empresarios a la oferta de egresados de las actuales
universidades peruana ya que la mayoría de las veces no cumplen con las expectativas
y requerimientos que las empresas necesitan. Es decir los egresados universitarios, a pesar
de ser muy numerosos, no tienen las competencias profesionales que las empresas
requieren. Por ello, la empresa peruana se ve limitada en su capacidad de
producción e innovación.
En nuestro país siempre se habla de la relación entre empresa
y universidad. Ambos están cansados de
hablar y nunca llegar a algo concreto. Pues ahora, los empresarios ya cuentan
con su propia universidad y asunto acabado.
Siendo yo químico, me ha gustado mucho
que hayan creado la carrera de Ingeniería de Procesos Químicos y Metalúrgicos.
Como saben ninguna universidad particular peruana tiene la carrera de
ingeniería química ya que es muy cara,
pero es importante para la industria peruana. Por otro lado, hace algunas
décadas los ingenieros químicos eran los que hacían los trabajos metalúrgicos
en el Perú. Siendo ingeniería química
vital para no solo comprender sino investigar, desarrollar e innovar los
procesos metalúrgicos, la creación de esta nueva carrera me parece muy
pertinente y necesaria para darle mayor valor agregado a nuestra materia prima
minera.
Habrá que estar atentos a que en esta
nueva universidad no se creen las taras ni adquieran los defectos de las
universidades peruanas; como son:
Mala gestión universitaria.
Afán desmedido de lucro.
Privilegiar la rentabilidad sobre la
calidad académica.
Proceso de admisión deficiente y nada
selectivo.
Profesores conflictivos, desactualizados,
reacios al cambio e inflexibles.
Nombrar a las autoridades por amistad y
no por competencia.
Autoridades mediocres, petulantes e
ineficientes.
Sistema autoritario donde la democracia
esté restringida y el libre pensamiento sea limitado.
Bajo nivel de investigación, desarrollo
e innovación.
Acreditarse a como sea y no mejorar
continuamente.
Alumnos desganados, irreflexivos, nada
creativos y con pensamientos acríticos.
Egresados sin ética que
denigran a la carrera que escogieron estudiar.
Esta acción de los empresarios, en vista
que la mayoría de las actuales universidades forman profesionales que a los
empresas peruanas no les sirven, de crear su propia universidad debe ser una
señal clara y fuerte para el sistema universitario peruano. De alguna manera
las universidades nacionales y privadas tendrán que cambiar su gestión, mejorar
su calidad académica y cumplir con formar egresados que sirvan al país.