Las causas de la derrota de unos y la victoria de los otros son varias y los culpables los hay de todo tipo. Pero hay gente que le echa la culpa a los votantes, al gobierno o a los políticos. Sin embargo, hay otros culpables que los diarios, radios y televisoras no los mencionan; están pasando piola.
Los economistas nos dicen que nuestro país está muy bien en los indicadores macroeconómicos, que vivimos una bonanza económica, pero todos sabemos que este llamado “chorreo” no ha llegado a todos los peruanos.
Parte de que no llegue a todos se debe a la angurria de ciertos empresarios. Son conocidos los casos de varias empresas manufactureras y agropecuarias que tuvieron grandes utilidades el año pasado, pero repartieron sumas ridículas (de esas utilidades) a sus trabajadores, no aumentaron sus bajísimos sueldos, no invirtieron nada en capacitarlos ni en mejorar sus condicione laborares.
Esos trabajadores hubieran podido sentir el “chorreo” si es que esos grandes empresarios no hubieran sido tan codiciosos.
Estos empresarios negreros -no todos los son gracias a Dios- son también culpables que la brecha entre ricos y pobres sea cada vez más grande y que sus trabajadores odien al actual sistema o modelo económico peruano.
Aquí copio lo que dije en el anterior post:
Por ejemplo, el caso de Ica es ejemplarizante. En esa región hay un boom empresarial, capitales peruanos y chilenos, aunque más de éstos últimos. Gran inversión en agroindustria. Se supone pues, que debe haber más trabajo y de hecho lo hay. Se supone por eso que la gente que trabaja pues lleva más plata a su hogar y le permite tener una vivienda digna y educar a sus hijos. Pues si supone usted eso, está equivocado. La gente trabaja en condiciones indignas: jornadas de más de 8 horas de trabajo bajo el abrasador sol, los 7 días de la semana, sueldos menores a 15 soles diarios, malas condiciones laborales, enfermedades frecuentes y abusos laborales diversos. Lo poco que gana se lo gasta en medicinas y vaya usted a ver cómo vive esa gente.
Las condiciones de trabajo tiene características similares en todos los grupos, aún teniendo muchas de ellas certificaciones internacionales, pero esto solo asegura la calidad del producto mas no el que se apliquen principios de seguridad y salud en el trabajo, mucho menos pongan en práctica los lineamientos básicos de prevención de riesgos laborales. El grupo que tiene condiciones de trabajo más difíciles son los que trabajan en los fundos y los acopiadores.
El trabajo de la agroindustria del espárrago en ICA, dado su temporalidad, salarios bajos, etc., se cataloga como un trabajo precario, que dista mucho de la gran rentabilidad que genera los ingresos por su exportación. En los fundos las trabajadoras no cuentan con contrato, muy pocos tienen contrato temporal, ninguna tiene beneficios sociales como seguro social, pensiones, prenatal, postnatal, lactancia, Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). En la fábrica, si bien la mayoría cuenta con un contrato temporal, tienen seguro social pero no tiene acceso a atención por que los contratos son por corto periodo, no pudiendo hacerse efectivo, o en su defecto el empresario no está al día en sus aportes. Los beneficios de prenatal y postnatal solo lo tienen por 30 días, siendo de 90, no cuentan con CTS, solo tienen el beneficio de lactancia. En el trabajo de campo existe discriminación respecto a las mujeres en gestación ya que primero son despedidas si están gestando, y no se contratan mujeres embarazadas.
Entonces cuando los candidatos presidenciales hablan de que hay que mantener el modelo económico. A esa gente de Ica que son empresarios les cae bien el mensaje. Pero a sus trabajadores no. A ellos el chorreo no les llega.
También conozco casos de mi exalumnos y colegas químicos, quienes con inteligencia e ingenio hicieron investigaciones e innovaciones en las empresas donde laboraron. Tras ello consiguieron un producto mejorado o uno nuevo y la empresa al ponerlo al mercado ganó millones de soles. Se supone que la empresa ha debido de darle un incentivo económico a ese investigador, algo común en USA y Europa, pero la empresa peruana no hace eso, sólo le da un reconocimiento no monetario y lo trata como cualquier otro empleado. Resultado: un innovador resentido y desmotivado.
Es que el empresario peruano tradicional no sabe distinguir entre un investigador y un trabajador típico. No tienen cultura de investigación e innovación. El investigador le puede hacer ganar millones de soles y, por ello, requiere otro trato, otras condiciones de trabajo y una remuneración acorde con su contribución a las ganancias de la empresa, producto de su innovación.
Por otro lado, sí existen empresas que dan un buen trato a sus trabajadores e investigadores, donde da gusto trabajar. Otras empresas, aunque no te pagan mucho, pero cuando estas mal te apoyan, si tienes problema con la matricula de tu hijo te prestan dinero, si quieres hacer un diplomado o maestría te dan horarios y facilidades, te capacitan continuamente, cuando la empresa no gana mucho te explican por qué no pueden pagarte más, pero cuando hay ganancia lo reparten.
Pero son esos grandes empresarios negreros los que dan mala fama al sistema económico y después son estos mismos empresarios que se extrañan por el resultado de las elecciones, cuando ellos tienen mucha culpa. Por ello, resulta anecdótico que la CONFIEP invoque a los dos candidatos presidenciales a respetar el actual modelo económico, a pesar de saber que este aumenta la brecha entre ricos y pobres, no funciona, necesita ajustes. En cambio, hubiera sido mejor que la CONFIEP invocara a algunos de sus agremiados que el modelo económico también beneficie a sus trabajadores vía una mejor remuneración o incentivos si es que la empresa tuvo grandes ganancias como la han tenido muchas de ellas en estos últimos años.