Los estudios universitarios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos son siempre difíciles. No solo por los estudios, sino por la burocraria y a que San Marcos es un pequeño Perú. En San Marcos estan representados todas las clases sociales peruanas y, por tanto, todas las virtudes y defectos de cada una de las sociedades.
Por elllo, cuando uno egresa de San Marcos, no sólo se "lleva" los conocimientos, actitudes y aptitudes propias de la carreca universitaria, sino que también, una visión y comportaniento como persona única, que otra universidad no puede dar.
Todo esto no es percibido cuando uno es estudiante, ya que en esa etapa uno trata solo de aprobar los cursos. Todo el tiempo lo dedica a preparse para los examenes.
La Universidad es diferente a un colegio. Aquellas personas que triunfan en el colegio, pueden fracasar en la Universidad, por otro lado, aquellos que eran los mas lentos en el colegio, pueden ser los mas listos en la Universidad. Pero también sucede, que los mas brillantes alumnos universitarios no tienen éxito profesional y, en contrapartida, los mas "burros" muchas veces son los que están profesionalmente mejor situados. Por ello, el ser un buen alumno en la Universidad no le garantiza el futuro profesional.
En la Universidad uno se independiza de la familia, uno aprende a ser responsable, a tomar acciones, a cambiar para lograr un objetivo. No hay nadie que le este diciendo a uno que hacer ni cómo hacerlo.
Los estudios en ciencias, en mi caso química, son difíciles. Nosotros llevamos varios cursos de matemáticas y física, necesarios para comprender a la naturaleza. Si uno no puede con las matemáticas, mejor cambiarse de carrera. Antes los cursos en los dos primeros años de estudio en la Facultad de Química e Ingeniería Química eran iguales para los químicos e ingenieros. Cuando ingresé eran 100 cachimbos de química y 200 de ingeniería. Habían tres turnos, mañana, tarde y noche.
Recuerdo que en estos dos primeros años aprobe todos los cursos, cosa que no era muy común. Pero el año más difícil fue el tercero. Ya que reprobe tres cursos y uno de ellos era de química orgánica I, cosa para mi totalmente inaceptable. No puede ser que repruebe un curso de mi carrera. Ya antes había aprobado el curso de Química General, recuerdo muy bien que tras dar el examen, en la siguiente clase el profesor preguntó ¿ Quién era Ceroni?. -Yo -contesté. Luego dijo que yo habia sacado la máxima nota: 18. Ese fue mi primer examen en San Marcos. ¡Pero salir jalado en química orgánica era humillante! Después de shcok, me prometí que nunca más me jalarían en un curso universitario. En el siguiente semestre, fue uno de verano, llevé nuevamente el curso de química orgánica con el profesor Morante, quien había escrito un libro de química orgánica, cuyo temario era parecido a otro libro. Pues, para este curso asistí a todas las clases y luego me iba a la biblioteca y sacaba cuatro libros, los mejores, de química orgánica, en este tiempo uno era Solomons y otro era Morrison. Me aprendí todos los temas de estos libros y resolví todos los problemas que cada libro tenía en el final de cada capítulo. Cuando dí el único examen (en verano sólo se daba un examen) me respondí todas las preguntas. Sin embargo, el profesor sólo me puso 18, ya que no creía que hubiese un alumnos que contestará bien todas las preguntas del examen. El creía que yo había copiado.
Después de esa experiencia mi metodo para aprobar se basó en eso. Sacar todos los libros del tema y leerlos, resolver problemas y más problemas. Con ello, no tuve problemas en aprobar tod slos otros curos de la carrera. La única preocupación que tenía era con qué nota aprobaría el curso, por que ya, de hecho, sabía que lo aprobaría.
Cosa curiosa, yo nunca estudie en la biblioteca o en los ambientes universitarios. Sólo en mi casa. Y nunca, me quede hasta la madrugada a estudiar o preparar un informe.
Con el tiempo ya no sólo leía libros, sino también revistas. Alli, es cuando supe que podría saber más que algunos profesores, por medio de las revistas. El metodo que tenía varió, ya que incluí la revisión de las revistas que había en la biblioteca de la facultad, en el de la Universidad Agraria y por supuesto, en la Sociedad Química. Antes no había Internet, por ello, un estudiante hoy en día puede leer información que, para mi tiempo, como alumno (1980-1987) era imposible de imaginar.
Las revistas profundizan el conocimiento de un tema y para estar actualizado en química, no tienes que leer libros, sino revistas. Ya para cuando estaba cursando el cuarto y quinto año, no me preocupaba por aprobar los cursos, sino por saber más de cada uno de ellos. Sin saberlo, me estaba preparando para ser profesor.
Hay algo que no encuentro en algunos alumnos hoy en día y que antes era casi obligatorio o dado por hecho. El sacrificio. La carrera de química o cualquier otra de ciencias, no es un lecho de rosas, cuando uno es alumno no se "divierte"; exige muchos sacrificios. Uno tiene que dedicar casi todo su tiempo a la química y para comprender cómo trabaja la naturaleza.
Los compáñeros de estudio y las amistades universitarias son algo muy importante y maravilloso. Todos tenemos una meta común y entre nosotros nos ayudamos. Esta amistad es diferente a la "amistad" en el trabajo, tema que me ocuparé uno de estos días.
Aparte de los compañeron queda siempre en el recuerdo las enseñanzas no sólo en clase, sino también como personas, de los profesores. Dos profesores impactaron más en mí. El MSc. Abilio Anaya Pajuelo, quien fue mi asesor de tesis y el Dr. Segundo Gibaja Oviedo. El Dr. Gibaja era un excelente profesor, ahora está retirado, es el autor del famoso libro "Guía parael análisis de los compuestos de carbono", conocido en el Perú y también en Latinoamérica. Un amigo mejicano me comentó que había leído el libro cuando era estudiante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario