En estos días mucha gente ha
expresado sus ideas sobre quiénes son los limeños. Me enteré para mi estupor
que hay limeños verdaderos y limeños falsos.
Cierta gente, sin sustentar lo que dice, expresa especialmente en las
redes sociales que hay limeños verdaderos y falsos. Bueno, por definición si
una persona nace en Lima, no hay duda alguna que es limeño, ¿no va a ser un
trujillano o puneño?, ni menos un falso limeño.
Los que erróneamente consideran
que hay limeños verdaderos arguyen que éstos son los que tienen antepasados
limeños, es decir provienen de varias generaciones que han nacido y vivido en Lima.
La pregunta lógica sería ¿cuántas generaciones deben tener una familia para ser
considerada limeña? ¿3, 4, 10 generaciones? La respuesta seguro sería debatible
y absurda al igual que lo es la pregunta.
Se menciona mucho la palabra alcurnia y
linaje que según el RAE significan:
alcurnia.
(Del ár. hisp. alkúnya,
y este del ár. clás. kunyah).
1. f. Ascendencia,
linaje, especialmente el noble.
linaje.
(Del prov. linhatge o cat. llinyatge).
Hay personas que arguyen ser
limeños verdaderos ya que son descendientes de limeños de alcurnia o más
rimbombantemente de alta alcurnia. Insisten que ellos son los verdaderos
limeños. Pero el que sean descendiente de
baja o alta alcurnia muchas veces no necesariamente te hace diferente, ni mejor
o peor comparado con los otros “simples mortales”.
Una persona no puede sentirse
orgulloso o “superior ante los otros” solo por su linaje o apellido si esa
persona es un miserable. Es más si analizamos históricamente los apellidos
supuestamente de alta o baja alcurnia, de los que dicen ser los verdaderos
limeños, comprobaremos que muchos de ellos, salvo excepciones, han tenido antepasados despreciables,
gobernando despóticamente, auspiciando golpes de estado o conspirando contra
algún gobierno constitucional. Unos se han beneficiado manteniendo la
esclavitud, otros se enriquecieron de los famosos bonos o empréstitos del siglo
XIX, están aquellos se que hicieron fortuna por la explotación de personas y por
las famosas concesiones en el guano de
islas, el salitre, el caucho, etc.
También se asume, erróneamente, que
solo los limeños ricos son los verdaderos, pero la ciudadanía no se compra con
dinero. Tengo que aclarar que el ser rico no es malo. Solo en sociedades
acomplejadas el tener dinero es percibido como algo despreciable y vergonzoso. Además, los nuevos ricos son tan valiosos
como los antiguos ricos, salvo el caso que sus riquezas sea producto de robos,
desfalcos, corrupción y otros delitos. Si el dinero obtenido por estas personas
es fruto de trabajo, pues bienvenidos sean, debemos premiarlos, reconocerlos y
que sirvan ejemplo ante la
sociedad. Necesitamos en Lima más nuevos
ricos.
El conflicto entre los que se pelean,
exclaman airadamente que son los
verdaderos limeños y desprecian a los otros, creo yo surge debido a la intolerancia, discriminación
y necedad de algunas personas. Estas personas acomplejadas sienten una agresión
territorial y en respuesta emiten una serie de improperios despectivos muchas
veces con carga racista.
La intolerancia y necedad son defectos de muchas sociedades y nosotros
lo comprobamos a diario. Cada sociedad tiene sus costumbres, su música, su
arte, etc. Cuando dos individuos de sociedades diferentes se encuentran ocurre
un choque y dependerá del grado de tolerancia e inteligencia entre ambas partes
para que la convivencia sea llevadera.
La discriminación puede ser frontal o solapada.
Esto se percibe en todo Lima y ejemplos
hay varios. La discoteca exclusiva que no permite el paso a ciertas personas
con rasgos provincianos, las televisoras peruanas que escogen relatores,
conductores y personas que aparecen en los comerciales que en nada se parecen
en lo físico al promedio peruano, ni siquiera al limeño típico, las declaraciones
desatinadas de gente de la farándula, los comentarios del taxista o los que uno
puede escuchar en el metropolitano.
Lo de ser prejuicioso y racista, que
es más que nada producto de la ignorancia y del temor de la gente ante la
presencia de otro ser humano diferente, no
es exclusivo de Lima, ocurre en todas partes con menor a mayor intensidad. Es
más bien un problema del ser humano.
Y a todo esto ¿qué es ser limeño? Para
mi es el que nació en Lima. Si hay que clasificar a los limeños estos serían:
los que aman Lima, los que son indiferentes y los que odian esta ciudad. Si amas Lima eres solidario con tus vecinos y
hospitalario con los visitantes, no ensucias Lima ni haces ruido que molestas a
tus vecinos, respetas las normas de tránsito, vas regularmente a los museos,
sabes el porqué del nombre de las calles y avenidas, visitas los sitios históricos
de Lima, conoces la historia de Lima y a sus personas históricos, recorres las exposiciones
artísticas, conoces los mejores sitios para comer o divertirte, en fin, cuidas
los bienes públicos. Los que aman Lima pueden ser pobres o ricos, pueden tener apellidos
rimbombantes o no, pueden tener rasgos costeños, de la sierra, de la selva o extranjeros,
pero todos ellos respetan y cuidan a Lima y lo que es más, se respetan y cuidan
entre ellos.
3 comentarios:
Muy interesante análisis caballero. Definitivamente estamos muy ausentes de empatía y mucho más. Gracias por compartir.
Que gran comentario, pensaba lo mismo antes de leerlo, pero me quedo con la duda de la existencia de personas con muchas generaciones de familia nacida en Lima desde la existencia de esta provincia
Lima siempre ha sido migraciones, la cultura Lima es extinta, puede haber limeños por generaciones, pero no existe limeños en línea recta o descendientes de los primeros limeños porque lima siempre fue migraciones y la cultura Lima que es la primera cultura de Lina que se tiene referencia es una cultura extinta
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