Casi siempre leo en los medios de
comunicación que los políticos, congresistas y ministros que los profesores de
colegio deben de ganar según sus méritos y rendimiento. Si se capacitan y
enseñan mejor cada año, pues deben ganar más. Los que no tienen interés en capacitarse
y enseñan mal no tienen porque ganar igual a los
otros.
Lo anterior parece obvio, pero me
pregunto ¿por qué solo restringir la meritocracia a los profesores de colegio? ¿Por
qué no se aplica a los congresistas, militares, policías, los ministros, a los
presidentes regionales y alcaldes? ¿Por qué
un congresista que asiste puntualmente a las sesiones y reuniones de trabajo,
que elabora proyectos de ley bien sustentados y de interés nacional que debate
dando inteligentes aportes gana igual que otro colega suyo que es impuntual,
que casi no asiste a las sesiones del Congreso, que presenta copias de leyes
extranjeras, que se expresa mal y dice disparates en los debates.
¿Por qué un ministro que lleva
bien su cartera, que convoca a gente preparada, inteligente y con valores debe
ganar igual a otro figureti, que aparece en los programas concurso de
la TV, que lleva a sus amigotes de juerga como asesores, que casi no para en su
ministerio y es un ineficiente total?
Volviendo a los profesores, se
les pide que se capaciten, pero claro es fácil decirlo. Hay profesores que
trabajan en zonas rurales donde no hay carreteras y casi están aislados los
cuales, por obvias razones no les es fácil ir a
las ciudades para asistir a las capacitaciones. Además, muchas de las
capacitaciones cuestan, hay que pagarlas, sumado al gasto de transporte, comida
y alojamiento hacen imposible que todos los profesores se capaciten por más que
lo quieran.
Los peruanos aceptarían gustosos
la meritocracia si esta se aplicase primero a sus gobernantes y estos la
cumpliesen, pero ¡qué fácil es decir a un
profesor mal pagado CAPACÍTESE!
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