Todos los
docentes peruanos sabemos que el proceso de enseñanza-aprendizaje cuando es
virtual baja el nivel académico de los estudiantes, comparado con el
presencial. Asimismo, muchas familias no cuentan con recursos para tener un
número suficiente de computadoras (algunos ni siquiera las tienen) y el servicio de internet es muy deficiente en
zonas muy alejadas. Lo saben los estudiantes, padres,
investigadores educativos, las autoridades del Minedu, etc. Sin embargo, los políticos
peruanos -siempre despreocupados e indiferentes con la educación primaria,
secundaria y universitaria- de manera desconsiderada, cada vez que se les
ocurre imponen clases virtuales.
En algunos programas
de posgrado es posible que algunas actividades sean virtuales o híbridas, pero
a nivel de educación inicial, primaria, secundaria y pregrado la experiencia nos
dice que debe ser presencial.
El hacer una clase
virtual no es replicar el proceso educativo presencial en una computadora, si
no utilizar otro proceso enseñanza-aprendizaje, que implica enseñar y evaluar de
manera diferente a una clase típica presencia. Tema que muchos docentes no han
recibido ninguna capacitación o esta fue muy deficiente.
Ojo, no expreso
que la educación virtual sea mala per se, si no que requiere sus propias herramientas,
medios, procesos, tutorías y actividades,
así como docentes y estudiantes con determinadas competencias, saber usar
recurso tecnológicos, como la disciplina, autocontrol, constancia, atención,
ética, entre otros son fundamentales.
No les bastó a
nuestros políticos desatender la educación peruana, ahora de manera prepotente
van a más. Debilitar y destruir al sistema educativo son sus nuevos objetivos,
vulnerando el derecho a una educación de calidad . Cuando más ignorante sea un
ciudadano más fácil es engañarlo.
Como muchos
docentes, no estoy de acuerdo con que ante un pequeño o mediano inconveniente
los políticos y autoridades impongan la virtualidad de las clases como la
salida más fácil a problemas coyunturales, salvo en situaciones muy graves y
excepcionales como guerras, pandemias, etc.