Translate

sábado, 15 de diciembre de 2018

EL PELIGRO DE LAS PSEUDOCIENCIAS



Reproduzco el editorial que escribí para la Revista de la Sociedad Química del Perú 
Rev Soc Quím Perú. 83(2) 2017

Nuestra sociedad está en peligro continuamente por varias amenazas: las mafias, la corrupción, el terrorismo, el cambio climático, los virus,  etcétera. Sin embargo, hay una actividad que antes era marginal, pero que ahora, por los diversos medios de comunicación y las redes sociales, se difunde grandemente y son control alguno: las pseudociencias.

Las pseudociencias son un conjunto de creencias que se presentan al público como si tuvieran un fundamento científico o que tienen efectos demostrables supuestamente basados en métodos científicos. 

Un caso ejemplar son los movimientos anti vacunas. En países donde se había erradicado muchas enfermedades gracias a los programas estatales de vacunación, debido a la difusión de falsas noticias y de engaño estos movimientos pseudocientíficos han conseguido que muchas personas no vacunen a sus hijos. Por ello, en Europa actualmente hay cientos de reportes de casos de sarampión, enfermedad que había sido erradicada. 

Inventos que hacen temblar a las industrias farmacéuticas, productos alternativos que hacen bajar de peso, plantas que curan milagrosamente todas las enfermedades, licuados de rana para incrementar la fertilidad, cartílago de tiburón que cura el cáncer y otros engaños son frecuentes en las redes sociales. Para difundir las bondades los estafadores se basan en “teorías científicas” o “evidencia experimental”  que para las personas sin formación científica parecen reales, pero para el ojo experto de un científico son puras mentiras o en el mejor de los casos malas interpretaciones de las teorías científicas. Asimismo,  la evidencia que estas creencias aportan no es nada más que un hecho aislado y anecdótico.

Hay una variedad de pseudociencias médicas y algunas tienen nombres rimbombantes. Por ejemplo, las supuestas teorías de la “medicina cuántica” son explicadas por “brujos ilustrados” usando teorías y hechos muy distorsionadas de la mecánica cuántica.  Como la palabra cuántica suena bonito, pero casi nadie la entiende, han aparecido una serie de terapias médicas y psicológicas que supuestamente tienen el fundamento de dicha teoría muy apreciada y comprendida por nuestros colegas físicos.  Lo mismo pasa cuando los charlatanes dicen la palabra relatividad -teoría que Eisntein en colaboración con su esposa Mileva Marić elaboraron trabajosamente-  cuando en realidad le dan un significado erróneo a dicho término que haría enfurecer a cualquier físico.   

Hay muchos negadores del cambio climático, pese a la abrumadora evidencia encontrada por varios grupos de investigación.  Una cosa es cuando una persona opina que no cree en el cambio climático y otra es cuando esa persona toma decisiones políticas basada en esa creencia.  De manera similar si personas que creen en las pseudociencias rigen su accionar como autoridad de algún organismo público, sus decisiones pueden afectar negativamente a la sociedad que los eligió. Lo peligroso del asunto es que paso a paso estamos retrocediendo a la época del oscurantismo, donde las decisiones de estado se basan en creencias y no en evidencias o teorías comprobadas.

Muchas de las llamadas terapias alternativas no tienen fundamentos teóricos irrefutables que las sustenten, ni mucho menos evidencias reproducibles que demuestren que han funcionado.  Sin embargo, se difunden,  comercializan y personas inescrupulosas se hacen ricos por la ingenuidad o ignorancia de las personas.

Las sociedades científicas de muchos países se han pronunciado en contra de las pseudociencias debido a que ellas tienen la responsabilidad de alertar a la sociedad los peligros de las practicas y productos que no cuentan con el requisito riguroso científico: la evidencia basada en la experimentación controlada y reproducible.

Es curioso que siendo esta una sociedad cuyo desarrollo se basa en el conocimiento científico y tecnológico, la población en general sepa muy poco de ciencia y tecnología. Esto no quiere decir que personas educadas no crean en las pseudociencias, ya que de hecho las hay. Pero más peligroso aún es que se crea en pseudociencias y que estas luego se conviertan en políticas de estado, lo cual nos llevaría inexorablemente de vuelta a la época del oscurantismo que tanto retraso causó a la humanidad.       

Frente a la amenaza de las pseudociencias los científicos tenemos un deber moral de hacerles frente con nuestra arma más poderosa: el método científico. De manera personal, vía conferencias, debates, en medios de comunicación y redes sociales. Asimismo, las sociedades científicas deben comunicar a la población de los peligros de las psuedociencias mediante eventos científicos y comunicados en un lenguaje claro y entendible.
  
Mario Ceroni Galloso
Presidente ACS PERU CHAPTER
Rev Soc Quím Perú. 83(2) 2017



No hay comentarios: