Sorprendido leí hace unas semanas que el presidente Humala propuso replantear el servicio militar voluntario para que los jóvenes de las
comunidades y ciudades hagan ese servicio.
No pretende regresar al servicio militar obligatorio, donde muchos
abusos se cometieron, pero también sirvió para que algunas personas
fortalecieran su carácter y amor a la patria.
Pero, a mi entender, el servicio militar no debería ser la
única opción de los jóvenes. También podrían realizarse una serie de servicios
cívicos, en diferentes sectores: educación, salud, deportes, artes, etcétera.
Por ejemplo, un joven de la costa podría ser ayudante de
maestros en las zonas de sierra y selva.
Otro podría, previa capacitación, ayudar a los trabajadores administrativos del
sector salud.
Hay muchos jóvenes que dominan Internet y pueden brindar sus
servicios a comunidades y ayudarlas en su desarrollo.
No nos debemos olvidar de los jubilados que tienen una
riqueza de vida profesional que la podrían bien aprovechar las zonas rurales,
los gobiernos regionales y municipales.
Si nos podemos a pensar existen varios servicios que tanto
los jóvenes como las personas de la tercera edad pueden brindar a la sociedad
peruana. Tan solo faltan ciertas normativas para que estas personas ayuden a los
sectores sociales que estarían gustosas de acogerlos.